martes, agosto 27, 2024
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Ayuda para Santa Cruz, nada para el altiplano

Una nueva contribución a la agricultura de Santa Cruz por casi 18 millones de bolivianos, ha anunciado el Ministro de Desarrollo Rural y Tierras. Esta ayuda es una de las numerosas que ese ministerio otorga a ese departamento. Sin embargo, ese tipo de apoyo no se lo conoce para las amplias regiones del altiplano, valles y yungas del país, lo cual significaría una notable actitud de discriminación impulsada por el Estado Plurinacional.

Según información oficial, dicha crecida y concreta ayuda es de 17.9 millones de bolivianos. El Estado aportará al desarrollo de la agricultura oriental, sin tomar en cuenta que, más de dos tercios de la economía agraria boliviana, se encuentran en declinación, precisamente porque el Estado se ha olvidado de esos sectores.

En todo caso, ese apoyo es beneficioso y no tiene resistencia. Lo grave del asunto es que se trata de una ayuda, entre varias, para unos y no para otros y, en particular, negando cooperación a las nacionalidades aymara, quechua y otras, que siempre han sostenido la economía y no menos a la del oriente. Además, ese despacho anunció que va a seguir asignando más recursos a las comunidades, para sacar más producción.

De acuerdo con la noticia oficial, la nueva contribución a Santa Cruz estará, además, destinada al riego, para atender 42 sistemas de agua, aunque no especifica si será con pozos subterráneos, uso de agua de lluvias, etc. Tampoco se indica en qué lugares se harán las inversiones para fines de riego y otros. Entre tanto, se comenta que esa ayuda está localizada alrededor de grandes haciendas soyeras y ganaderas, y no de campesinos medianos y pequeños.

Finalmente, se debe considerar que la eficacia burocrática solo se produce después de dos o tres años, lo cual no es suficiente para abastecer mercados de consumo de inmediato, tampoco resuelve la crisis alimentaria del país, en especial en el altiplano, donde miles de cultivadores dejan sus terrenos para migrar a las ciudades o a países vecinos, en busca de mejores condiciones de vida.

Por otro lado, sería de esperar que, en vez de gastos sucesivos de esa naturaleza, sea destinado un mayor presupuesto para la solución del problema de la tierra en Bolivia, a fin de hacer funcionar toda la economía agraria y aumentar la producción alimentaria, bajar precios, reducir el desempleo y eliminar el contrabando, con seguridad y a corto plazo. Pero…

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