En tiempos recientes el Gobierno se ha estado vanagloriando de alcanzar una serie de récords económicos, para satisfacción de observadores de la economía del país. Entre ellos, se señaló los récords de una futura industrialización, el aumento de las exportaciones, la más baja inflación en Sudamérica y muchos otros.
Sin embargo, no sin cierta modestia, medios de comunicación del Gobierno, han guardado para último momento, algunas otras sorpresas en lo que se refiere a los récords que se producen en el país, a raíz de la aplicación del nuevo modelo económico, industrial, comunitario y otras lindezas.
Entre esos récords no comunicados y guardados bajo siete llaves, se encuentra el relacionado con la notable exportación de cocaína a países vecinos (como Paraguay y Chile), de Europa e inclusive Rusia, a donde el narcotráfico ha extendido sus brazos para ampliar su dominio mundial. Ese notable y olvidado récord sustancial está relacionado con la exportación de cocaína en proporciones industriales y que revela que estamos en medio de una nueva etapa de las vacas gordas y que la etapa de las vacas flacas ha pasado a la eternidad.
En efecto, según el nuevo éxito hecho público, hemos alcanzado el galardón de Récord en Exportación de Cocaína que, aunque no es muy publicitado, es un hecho innegable que salta a la vista, aunque algunos medios afines al oficialismo traten de ocultarlo.
En efecto, el año pasado en varias oportunidades se descubrió apreciables cargas de cocaína en naciones extranjeras, que en total podrían llegar a pesar alrededor de 30 toneladas. Pero, ya en los pocos días del este nuevo año, en Oruro se decomisó un cargamento de cocaína de nada menos que de 8,7 toneladas, por valor de 20 millones de dólares, hecho que, si bien ha puesto los pelos en punta a la ciudadanía, solo ha recibido la indiferencia oficial, que ha tomado el problema como oír llover.
En tiempos pasados, cuando se descubría que alguna persona había fabricado unos gramos de cocaína, se hacía un escándalo y los responsables eran enviados a la cárcel ipso facto. Pero ahora, ese bajo nivel productivo ha sido sustituido por la producción industrial de cocaína, no hay detenidos y ni la amenaza de cárcel a los culpables de ese delito.
A último momento, también se ha anunciado que la producción de coca sigue aumentando en el país, lo que también significa otro récord. A pesar de que se informa sobre erradicación de la llamada hoja sagrada en algunas cantidades y de proyectos para que sea materia prima de algunas industrias estatales, las plantaciones de coca siguen apareciendo, hasta en áreas protegidas, lo que favorece al narcotráfico, que trata de expandirse de cualquier manera, ante la debilidad de las fuerzas encargadas de combatirlo.
Bolivia bate otro récord con cocaína
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