jueves, noviembre 28, 2024
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En el Estado Plurinacional, ¿estamos “más” unidos?

Luis Fernando Romero Torrejón

Hace 15 años, el Decreto Supremo 405 creó el Estado Plurinacional de Bolivia, el cual, entre luces y sombras, fue destacado y valorado en el reciente mensaje del presidente Luis Arce Catacora.
En su discurso, el mandatario destacó la eliminación paulatina del colonialismo del país republicano y del capitalismo en la economía nacional y defendió, a capa y espada, el modelo actual económico de Estado que, a pesar del contexto interno y externo, sigue siendo, según asegura, sostenible y exitoso.
El presidente anunció que se va a mantener el modelo, que no hará recortes de inversión pública ni de sueldos, que mantendrá la subvención a los carburantes y resaltó el proceso de industrialización y sustitución de importaciones de manera reiterada.
En materia económica, el presidente habló más de la actual coyuntura económica y dio algunos datos de la economía nacional, pero obvió otros.
Por ejemplo, informó que al tercer trimestre hemos crecido en un 2,3% pero no mencionó que nuestra economía está en un proceso de enfriamiento que deriva en que el crecimiento del 2023 no hay sido más del 2%, según proyecciones, y que en 2024 y en 2025 lleguemos al 2,5%, según organismos internacionales.
Arce también mencionó que somos la segunda economía de la región con menor tasa de inflación, lo cual es cierto, ya que tenemos 2,12% finalizando el 2023, pero es necesario analizar a qué costa hemos logrado estas cifras, ya que tenemos una subvención de carburantes que le costò 1.818 millones de dólares el año pasado y una importación de carburantes que le cuesta al Estado casi 8 millones de dólares al día.
Además, los datos de inflación no reflejan la verdadera capacidad de compra o adquisición de los ingresos de los bolivianos, los cuales han caído en los últimos años, sobre todo por la inflación importada.
El presidente también mencionó que el nivel de pobreza está por debajo del 40% y una desocupación que también es baja, aunque no dio cifras, pero se estima que está menos al 4%. En este punto el mandatario no habla de la notable pérdida de la calidad de empleo y de una creciente informalidad que está por encima del 80%, las cuales están camufladas en las estadísticas.
En su mensaje, Arce no fue totalmente sincero al hablar del aumento de la inversión pública, que en 2023 se presupuestó un 20% menos que en la gestión 2022 y si bien para el 2024 se estima que sea de 4.274 millones de dólares, se debe considerar que siempre hemos tenido una ejecución presupuestaria muy baja.
Incluso ahora forma parte de la política económica ejecutar menos inversión pública para tener un déficit fiscal reducido, y que es sostenido desde hace ya 11 años alrededor del 7 u 8 por ciento, lo que significa que tenemos un gasto público elevado.
Llama la atención que el mandatario no hizo alusión a la escasez de dólares y la caída sostenida de las Reservas Internacionales Netas que del 2014 hasta la fecha se han reducido en casi un 90% (están alrededor de los 1.700 millones de dólares). Se debe prestar atención a que ni siquiera estamos bordeando los 200 millones de dólares en divisas; y esto es el resultado principal de un gasto público elevado y de sufrir continuos problemas fiscales muy notorios, como un endeudamiento público nacional que supera el 80% del Producto Interno Bruto.
En conclusión, fue un discurso con datos verídicos, pero solo mirados desde una óptica, sin aterrizar en la realidad que atraviesa el país. Se centró más en lo político que en lo económico, buscando culpables en la oposición y en la “nueva derecha” del país, que busca intereses personales y electorales, no hubo autocrítica del gobierno.
Este año continuarán los problemas económicos del año pasado, sobre todo fiscales, que derivaron en una escasez real de divisas y unas RIN en rojo. No hubo por parte del presidente un llamado al diálogo, se avecinan conflictos sociales, donde hasta el momento prima la ideología y la política, pero no el pragmatismo y el bienestar de los bolivianos.

El autor es Presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija.

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