Las autoridades de Rusia y Ucrania efectuaron ayer un intercambio de prisioneros de guerra que implicó a cerca de 400 personas, según confirmó Moscú y Kiev, apenas una semana después de que el Gobierno ruso denunciara el derribo de un avión en la región de Bélgorod en el que viajaban cerca de 75 personas, incluidos 65 ucranianos que iban a ser liberados.
El Ministerio de Defensa ruso señaló en un comunicado publicado en su cuenta en Telegram que «como resultado de un proceso de negociaciones, 195 militares rusos que se encontraban en peligro mortal en cautividad volvieron el 31 de enero desde el territorio controlado por el régimen de Kiev». «A cambio, 195 prisioneros de guerra de las Fuerzas Armadas ucranianas fueron entregados», dijo.
«El personal militar liberado será transportado a Moscú en aviones militares de las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia para recibir tratamiento y rehabilitación en instituciones médicas del Ministerio de Defensa ruso. Todos los liberados recibirán la atención médica y psicológica necesaria», subrayó.
Por su parte, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, elevó a 207 los ucranianos liberados. «Los nuestros están en casa. 207 chicos», manifestó en Telegram, antes de recalcar que «recuerda a todos los que están cautivos». «Soldados y civiles. Tienen que volver todos. Estamos trabajando en ello», dijo, a tiempo de hacer conocer el «gran trabajo del equipo ucraniano» para lograr este intercambio de prisioneros.
Horas antes del intercambio, el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, había confirmado que las investigaciones en torno al citado siniestro de un avión la semana pasada en Bélgorod continúan. «No tengo información sobre la fase de la investigación, pero puedo confirmar que continúa», señaló en rueda de prensa.
El avión, un Il-76, se estrelló el 24 de enero en los alrededores de la localidad de Yablonovo, tras lo que el presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó que el aparato había sido derribado por un sistema de defensa aéreo extranjero. El Gobierno de Ucrania se distanció del suceso y abogó por una investigación internacional, respaldada por Moscú, al tiempo que reconoció que había previsto un intercambio de presos que iba a ser «uno de los más grandes» desde el inicio de la ofensiva rusa, desatada en febrero de 2022. (Europa Press)