El narcotráfico empaña la imagen del país

A pesar de que el narcotráfico es un problema conocido desde hace mucho tiempo, hasta ahora no se ha hecho lo suficiente para detener su avance en nuestro país, por lo que son graves las consecuencias para la población. Entre sus antecedentes están personajes que lograron enriquecerse con esa actividad ilegal, así como se descubrió vínculos del narcotráfico con círculos de poder, inclusive durante dictaduras militares, situación por la cual Bolivia pasó a ser motivo de cuestionamientos a nivel mundial.
No obstante que se sabía que la materia prima para la fabricación de cocaína es la coca, particularmente la del Chapare, en Cochabamba, por no ser apta para el masticado tradicional, como sí lo es la de los Yungas de La Paz, se ha ampliado la cantidad de cultivos de esa hoja permitidos legalmente. Al respecto, recordemos que, durante el gobierno de Evo Morales, en 2017 se cambia la Ley General de la Hoja de coca, para aprobar la ampliación de 12 a 22 mil hectáreas de cultivos. Y en 2023 la cantidad pasa de las 30 mil hectáreas, además que las plantaciones de coca aparecen en otras regiones, inclusive en parques nacionales y áreas protegidas.
Como la elaboración de drogas y su comercialización implica millonarias ganancias, resulta difícil creer que los cárteles de otros países no han incursionado en territorio nacional. Pero si antes el oficialismo negaba esa presencia, ahora, por la extraña división en el MAS, el sector evista con frecuencia hace revelaciones sobre casos de narcotráfico y la ineficiencia de los organismos encargados de combatir ese mal. Por otra parte, ya no es novedad conocer noticias sobre grandes cargamentos de cocaína decomisados en países vecinos y distantes.
En ese sentido, según La República, un periódico peruano, hace pocos días la Policía antidroga de ese país informó que “Bolivia produce un promedio de 300 toneladas al año. Juntando con la droga que llega del Perú, entonces Bolivia mueve mil toneladas de cocaína al año”. Por otra parte, de acuerdo con la noticia, en el último año en nuestro país fue incautado solo el 20 por ciento de droga. Además, las organizaciones delictivas bolivianas destacan en el transporte de cocaína a gran escala que es enviada a Europa.
Como se advierte, el narcotráfico cada vez crece más, dejando a su paso males como la drogadicción, las ejecuciones por parte de sicarios, la corrupción por doquier, mientras que los organismos de control nacionales se limitan a hacer esporádicas incursiones en zonas sindicadas de producción de coca y cocaína, como el Chapare. Lo peor es que, a raíz de los constantes descubrimientos de cargamentos de cocaína –fabricada en territorio nacional, y ahora también procedente del Perú–, en otros países, la imagen de Bolivia está cada vez más empañada, por falta de decisión gubernamental para conseguir amplia ayuda internacional, dejando de lado posiciones izquierdistas.