sábado, agosto 31, 2024
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Los gobiernos ya no nos representan

Livia Becerra de la Roca

Alrededor del mundo da la impresión que la mayoría de los gobiernos están siendo dirigidos por fuerzas oscuras, por el maligno, porque cegados por la codicia y la maldad causan dolor, engaño y muerte. Ya no trabajan por el bien de sus países, ni pensando en el bienestar de sus ciudadanos, sean de izquierda o de derecha. Traicionan la confianza de la gente. Están tan distantes de la mayoría de las personas, del ciudadano común. Muchos somos personas buenas, decentes y trabajadoras que respetan las leyes, pagan sus impuestos y que viven honradamente y sin hacer daño.
Claramente esos gobiernos ya no nos representan, algunos dirán: “pero si los elegimos en elecciones, democráticamente”. Hemos perdido la confianza hasta en las elecciones, ya que no son efectivas ni transparentes.
Entidades internacionales como la ONU o la OMS, que tienen que promover el progreso social, mejorar la calidad de vida de las naciones y defender los derechos humanos, ya no cumplen su misión, ya nada les creemos.
¡Obviamente ya no nos representan!
En Bolivia, un expresidente puede bloquear impunemente a todo un país porque quiere ser reelegido. ¿Dónde están los derechos de las personas? ¿Vale más el capricho de un individuo?
Estados Unidos, una potencia mundial, apoya guerras pese a las protestas de su población. Israel, una potencia bélica, puede masacrar a un pueblo indefenso. En el Congo millones de personas mueren y no se informa de ello en los noticieros. Algo está muy mal y no lo podemos permitir. ¿Nos estarán enviando la señal de que pueden hacer lo mismo en cualquier otro indefenso país del planeta? No podemos quedar indiferentes ante el dolor de nuestros semejantes, no podemos permitir estas atrocidades, porque es muy peligroso para la humanidad entera.
Algo está muy mal. Los gobiernos deberían obedecer a sus pueblos, pero parece que obedecen a otros intereses, más oscuros, que buscan nuestra destrucción.
Es triste lo que sucede en el mundo, pero no desmayemos, unámonos todos, “La unión hace la fuerza”. Olvidemos las riñas por colores, razas, países o religiones y comencemos a ver la realidad de las cosas, al verdadero enemigo.

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