Los pobladores de la comunidad indígena Itananvicua, en el municipio de Camiri, quedaron incomunicados, luego de las riadas provocadas por las intensas lluvias del lunes pasado. En Choreti diez viviendas corren el riesgo de ser arrastradas por la corriente, razón por la que se pide ayuda inmediata para las familias afectadas.
“La riada nos llegó con fuerza del lado norte; lamentablemente el turbión se llevó parte de la cañería, estamos aislados y sin agua potable. La gente está tomando agua de paúro y por costumbre algunos están usando la hoja de cactus para aclarar el agua turbia y poder beberla. No es lo adecuado, pero la necesidad nos obliga”, así describe el dirigente guaraní y concejal de Camiri, Ernesto Arteaga Vaca.
Según Arteaga, han sido azotados por el desborde de la quebrada Urundaiti y por la fuerza del caudal del río Parapetí, que han dejado incomunicadas a 450 familias del pueblo Guaraní.
El desastre causado por las intensas lluvias en la comunidad Itananvicua, ubicada cruzando el río Parapetí y la quebrada Urundaiti, es una de las más golpeadas por los desastres naturales. Además de ellos, otras poblaciones indígenas y campesinas, como Choreti, también han sido afectadas. Allí al menos diez viviendas quedaron al borde de la corriente por la crecida del río de este lunes, el mismo que arrasó patios, viviendas completas y se llevó animales.
De acuerdo con Arteaga, el desastre ocurrió tras las torrenciales lluvias del fin de semana. En el caso de Itananvicua la corriente cruzó la carretera y arrastró una parte de la red de agua que es extraída del cerro Sararenda y llevada por gravedad hasta la comunidad. El turbión dejó aislada a toda la zona.
Ante el desastre, los pobladores se han organizado para atender la emergencia, tratar de encausar la quebrada y buscar ayuda de las autoridades. Preocupa que la falta de agua potable traiga problemas estomacales en niños y adultos mayores. “Las autoridades y capitanes están coordinando con los municipios para paliar algunas necesidades”, dijo Arteaga.
Según los pobladores desde 2014 que no vivían un desastre similar y aunque esperaban las lluvias por la prolongada sequía, estas causaron desbordes y estragos en la zona.
El alcalde de Camiri, David Anzaldo, informó que al menos seis comunidades quedaron aisladas, sin agua potable ni sistema de riego para sus sembradíos.
La autoridad municipal sostuvo que este martes, en horas de la mañana, se comunicaron con el Viceministerio de Defensa Civil para que apoye con maquinaria. Del mismo modo, se ha solicitado apoyo de la Gobernación.
De acuerdo con el reporte preliminar de la Alcaldía, en Choreti existen 15 familias afectadas de forma directa. La afectación no ha sido mayor, pues “el afluente del río Parapetí alcanza hasta el asfalto en zonas específicas, como la avenida Costanera”, informó Marcelo Claure, vecino de Camiri, que vive a escasos 40 metros de la ribera del río.
En las comunidades de Ipaty e Irenda, del municipio Lagunillas, también se registraron pérdidas de cultivos. “La lluvia más intensa se dio en la zona alta, por lo que bajó lodo y enterró varias hectáreas de producción agrícola”, indicó uno de los comunarios.
Las lluvias siguen sembrando luto en el país. En Chuquisaca, un vehículo, con seis personas, fue arrastrado por la riada, dejando una persona fallecida y otra desaparecida. El hecho sucedió este domingo en la comunidad de Colpanayoc, en Villa Abecia, cuando la familia de seis integrantes intentaba cruzar el río a bordo de una camioneta, pero desafortunadamente esta se apagó y fue arrastrada por el turbión.
Cuatro de ellos lograron salir a tiempo y dos fueron arrastrados por la corriente. Uno de los cuerpos sin vida fue encontrado diez kilómetros río abajo y el otro continúa desaparecido, informó el secretario departamental de Medio Ambiente, Jairo Gutiérrez. Hasta el momento, 37 personas fallecieron por los desastres en el país.