El regionalismo fue ratificado, hace poco, por quienes bloquearon el punto neurálgico del territorio boliviano. Provocando caos, escasez de alimentos y obstrucción de la actividad exportadora, en un espacio de habla quechua y con un trópico de abundantes cocales. Donde la presencia del aymara es reducida. Los protagonistas de ese hecho, quisieron demostrar el predominio del color azul en esa región, con la masiva participación de cocaleros y algunos campesinos identificados con éstos.
“Se reportaron 25 puntos de bloqueo, en su mayoría, en el departamento de Cochabamba; dirigentes leales a Evo Morales acarrean pobladores hasta los puntos de bloqueo, con amenazas de perder su chaco o pagar una multa de Bs 200 en caso de inasistencia. Estas personas asisten a los bloqueos, pero lo hacen por presiones económicas, sociales o violencia”, informó el viceministro de Régimen Interior y Policía, Jhonny Aguilera (1).
Que muchos de esos bloqueos fueron en el departamento de Cochabamba, evidencia el regionalismo de esa medida de presión campesina, como afrenta al oriente y occidente del país. Ahí radica la amenaza cocalera, en contra de la unidad nacional. El sector, liderado por dirigentes del trópico, podría volver a bloquear en cualquier momento, buscando imponer los designios de algunos angurrientos del Poder. Éstos manejaron siempre el discurso del bloqueo de caminos, para impedir el ingreso de alimentos a las ciudades, con cercos a las instituciones públicas. Y “métale no más…”.
Los caudillos, en dictadura y en democracia, siempre recurrieron a la fortaleza ciudadana de dicho jirón patrio, para ufanarse de un supuesto respaldo popular. Acciones, de tinte regionalista, que deterioraron los objetivos de unidad. Recordemos que, en el pasado mediato, surgieron uniformados con incoherencias en sus gestiones. Hoy ciertos civiles transitan por ese mismo sendero, enarbolando las banderas del odio y la confrontación.
“Divide para reinar”, dijo alguien, hace rato. Los caudillos, por sus intereses mezquinos, siempre han dividido el país en regiones adictas a sus siglas y colores. Regiones que apoyaron, incondicionalmente, sus propósitos y despropósitos. Que, a sola instrucción de aquellos, no solo se movilizaron, sino sembraron piedras en los caminos, agredieron a los transeúntes y atentaron contra la libre circulación de las personas.
“Creo que es importante que él (Evo Morales) entienda que ya se deje de utilizar al campesino como punta de lanza en estas movilizaciones, que se deje de usar al pueblo humilde que, tal vez ha sido olvidado durante los 14 años y hoy se les quiere volver a utilizar apelando a la sensibilidad”, afirmó la diputada Deisy Choque (2).
En suma: el regionalismo es dañino para los intereses nacionales.
NOTAS
(1) “Existen 25 puntos de bloqueo y hay “acarreo” de pobladores”. EL DIARIO, La Paz – Bolivia, 29 de enero de 2024.
(2) “Afirman que dictadura sindical del trópico chantajea a sus bases”. EL DIARIO, 10 de enero de 2024.