Padre de Yerson A. aún no recibe el cuerpo de su hijo

Roberto Ali, el padre del infante que murió asesinado por la madre y su padrastro en el municipio de La Asunta el año pasado, comentó que continúa peregrinando para recibir el cuerpo de su hijo de cinco años, el cual permanecería bajo investigación en autopsia legal, según la Fiscalía.
“Basta de infanticidios, que las Defensorías de la Niñez y Adolescencia cumplan sus funciones, dejen de ser cómplices”, se lee en el cartel del padre que, lleno de lágrimas, aún no puede llevarse el cuerpo sin vida de su hijo para poder enterrarlo.
Ali declaró ayer que está en la capital paceña desde el 27 de febrero, peregrinando para que le entreguen a su hijo. Lo único que quiere, afirma, es poder velarlo y darle cristiana sepultura.
“Por favor, ayúdenme. No tengo dónde dormir y no tengo qué comer (…), no tengo casa ni familia. Pido que las autoridades se movilicen, el cuerpo de mi hijo todavía está en la morgue”, señaló a la prensa.
Según el padre, la Fiscalía le informó que la autopsia legal continúa en curso pero no se sabe cuándo le entregarán el cuerpo. “La Fiscalía dice que están revisando hueso por hueso y que tienen que volver a armar (el cuerpo). Están tardando en armar el cuerpo, no se está apurando esto”, relató.
El pasado 3 de marzo se conoció que Senobia C. confesó haber asesinado a su propio hijo, Yerson A. de cinco años, en enero de 2023, en complicidad de su actual pareja, el padrastro del menor. Ambos autores del macabro crimen están encarcelados e imputados por infanticidio.
Yerson fue cruelmente torturado y agonizó por casi diez horas. Primero fue golpeado en la cabeza con palo y trapo desde las 07:00, hasta que quedó inconsciente. A las 10:00 fue ahogado en un pozo por los dos sujetos, según informes testimoniales.
La Policía inició una investigación luego de que el padre biológico denunciara que el hijo había muerto, según información que le habría proporcionado Clodobaldo M., el padrastro y concubino de la mujer.
En sus declaraciones, la madre del menor confesó el hecho por móviles económicos y por la presión que su pareja le habría ejercido, bajo excusa de que no iban a poder mantenerlo, debido a que tenían otros dos hijos y ella, en el momento del hecho, llevaba un bebé en el vientre.