jueves, noviembre 21, 2024
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Uso del agua en minería con miradas diferentes

En medio de la constante controversia sobre el impacto ambiental de la minería en Bolivia, el medio de comunicación Cabildeo publicó una serie de reportajes que analizan algunas creencias del sector. En un reciente material, se afirma que el uso de agua por parte de la industria minera no supera el 4%, desmontando así un mito sobre su supuesta responsabilidad en la escasez de este recurso vital. Sin embargo, expertos en el tema ya indicaron que gran parte es por esta actividad, algunas grandes reciclan, pero las pequeñas y cooperativas por otro camino.

Hay información de que las grandes empresas mineras han invertido para implementar tecnología en el reciclado de agua, pero se desconoce sí las cooperativas mineras incursionaron en esta materia.

El experto en recursos naturales del Centro de Documentación e Información Bolivia (CEDIB), Óscar Campanini, en 2016, informó sobre el uso del agua que realizan las empresas mineras.

Sin embargo, en ese año, la empresa Minera San Cristóbal explicó que en aplicación de nuevas tecnologías ha logrado la reducción de agua tratada por tonelada producida de más de 40.000 m3 al día a menos de 32.000 m3. Por el momento, el 80% del agua utilizada en San Cristóbal se recicla. “Como resultado de esta mejora, la demanda de agua no apta para el consumo humano se redujo a 50%”, dijo un reporte en octubre y difundido por la empresa de comunicaciones Extend

Según el documento divulgado, la firma subsidiaria de Sumitomo en Bolivia invirtió 1,8 billones de dólares en el proyecto localizado en el departamento de Potosí.

Sin embargo, el reportaje del medio de comunicación Cabildeo fundamenta en datos proporcionados por dos expertos del área, Rafael Anze y Damián Jiménez. Ambos coinciden en que si bien la minería conlleva impactos ambientales, también es posible llevar a cabo esta actividad de manera responsable, controlando todas las variables medioambientales.

Según Anze, aproximadamente el 97% del agua en el planeta es salada y no apta para el consumo humano, mientras que solo el 3% es dulce, y de este, solo el 1% está disponible para los seres humanos. Destacan que la agricultura es el sector que más agua consume, seguido por el uso doméstico, y luego la industria, donde se encuentra la minería.

 

Jiménez respalda estos hallazgos con un estudio de la CEPAL que señala que el consumo de agua por parte de la minería oscila entre el 5% y el 7%, además, deja en evidencia que en Chile y Perú, países similares a Bolivia en cuanto a minería, el consumo de agua anualmente es de entre el 2 y 4%. “Los números son contundentes. Chile y Perú, con cifras reales, consumen hasta el 4% y Bolivia es imposible que esté por encima de eso”, afirma.

Los expertos destacan el papel crucial de las empresas mineras que operan de manera sostenible, implementando plantas de tratamiento de aguas para minimizar su impacto ambiental. Mencionan ejemplos como la minera Inti Raymi y Sinchi Wayra, que tratan sus aguas y las reciclan en sus operaciones.

“Las empresas que trabajan con criterio de sostenibilidad construyen una planta de tratamiento de aguas para procesar toda el agua que sacan de la mina y, en lugar de botarla al río, la tratan y la utilizan en el proceso minero, en el beneficiado de los minerales y, de esa manera, aminoran el impacto ambiental”, asegura Anze. Jiménez complementa mencionando que las grandes empresas “recirculan” el agua, trabajan en minería subterránea procesando el recurso que encuentran para utilizarlo en sus operaciones y el que no es utilizado, es devuelto a la naturaleza, pero sin metales pesados.

Sin embargo, también señalan el desafío que representa la minería ilegal, especialmente en la explotación del oro, y hacen un llamado a combatirla enérgicamente. Anze enfatiza la necesidad de regular estas actividades para garantizar una gestión adecuada del agua y la protección del medio ambiente.

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