domingo, diciembre 22, 2024
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Los países pobres y el accionar del PNUD

 

Muchas veces, desde el año l948 –año de fundación de Naciones Unidas– el Programa para el Desarrollo (PNUD) adquirió singular importancia y prestigio debido a su accionar a favor de los países pobres y subdesarrollados. Lo que le ha valido consideración es que realiza su labor en forma anónima, sin publicidad ni propaganda como otros organismos, sin mayores lineamientos políticos y solo atenido a los principios humanitarios de las Naciones Unidas.

Son varios los beneficios que han recibido los países del Cuarto y Tercer Mundo por los planes de desarrollo que programa dicha entidad, especialmente provisión de vivienda, desarrollo de la agricultura, construcción de caminos vecinales, reactivación de industrias manufactureras, agrícolas y ganaderas, brindando apoyo técnico y financiero.

Sin desmerecer la gran labor desarrollada por el PNUD, para evitar que su trabajo se diluya, lo práctico sería planificar un desarrollo armónico y sostenido para crear empresas que se desarrollen, planifiquen qué, cuánto y cómo van a producir con el fin de satisfacer, en primera instancia, las necesidades del mercado interno y luego al aumentar la producción y mejorar la calidad, lograr mercados en el exterior con la mira puesta en el logro de divisas que, a su vez, contribuyan a ampliar actividades con la apertura de nuevas fuentes productivas  capaces de atender la demanda extranjera.

El PNUD, conjuntamente otras organizaciones de la ONU (por ejemplo, Unicef), debe y puede reorganizar sus programas en conjunción con los mismos países interesados para establecer prioridades sobre lo que debe emprender cada uno y tratar de lograr una producción que satisfaga, en primera instancia, las propias necesidades y luego incursione en el mercado externo que, en los últimos dos años, ha sido descuidado y hasta abandonado por efecto de la pandemia, como ha ocurrido en todo el mundo. Cada país pobre sabe de sus urgencias y necesidades y conoce qué es lo que tiene que hacer contando con ayuda financiera, tecnológica y humana. Muchas veces se sostuvo que no es posible cambiar planes porque “las naciones interesadas no quieren perder tutela sobre los programas sino controlar por sí mismas”. Este procedimiento ha impedido que instituciones de ayuda puedan obrar conjuntamente los pueblos en la concreción de industrias pequeñas que, fácilmente, pueden ser proveedoras de empleo y especialización de mano de obra, para luego hacer que ese mismo personal incursione en las universidades con miras a lograr profesionalización en diferentes disciplinas.

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