miércoles, julio 3, 2024
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Milei y la economía de Argentina: un viaje incierto hacia la estabilidad

Miguel Ángel Amonzabel Gonzales

El mandato del presidente Javier Milei, cinco meses después de su investidura el 10 de diciembre de 2023, sigue siendo objeto de escrutinio y debate en la República Argentina. Su ascenso al poder marcó un hito en la política nacional al provenir de fuera de los círculos políticos tradicionales. Desde el inicio, Milei ha defendido una perspectiva audaz y disruptiva para abordar los problemas económicos que aquejan al país, proponiendo una liberalización radical como solución a la elevada deuda y la persistente inflación.

Las causas de la crisis argentina se atribuyen a la falta de continuidad en las políticas públicas, lo que ha exacerbado desequilibrios fiscales persistentes a lo largo de las últimas cuatro décadas. Este déficit fiscal crónico, que se ha mantenido desde 1961 a 2023 con déficit público registrado en 56 de los 62 años, ha generado una creciente dependencia del endeudamiento externo y ha contribuido a una mayor inflación, impulsada en parte por la impresión excesiva de dinero. Esto ha resultado en aumentos significativos en los precios de los alimentos, impactando negativamente en la población. Además, la economía argentina muestra una preocupante concentración en el sector agroexportador, donde el maíz y la soja representan el 40% de las exportaciones totales. Esta situación expone al país a fluctuaciones en los precios internacionales de estos productos, aumentando su vulnerabilidad frente a crisis económicas.

Argentina se encuentra entre los países más endeudados de Latinoamérica. Antes de la asunción de Milei, la deuda ascendía a 425.294 millones de dólares, pero para el 31 de marzo de 2024 había disminuido a 403.044 millones. A pesar de esta reducción en la deuda pública, la confianza tanto interna como externa en la capacidad del país para resolver sus problemas económicos se ha visto erosionada. Esto podría requerir la adopción de medidas más drásticas para estabilizar la situación financiera y fomentar un crecimiento económico sostenible.

En una perspectiva histórica, Argentina ha enfrentado una serie de crisis financieras y cambiarias recurrentes en los últimos 210 años. Se ha observado una tasa de inflación promedio anual del 51,0%, con un máximo histórico alcanzado en 1989, que registró un 3.079,5%. Incluso excluyendo los años de hiperinflación, el promedio anual de inflación en Argentina entre 1810 y 2022 se mantiene en un 8,8%. Esta historia económica turbulenta sugiere que un cambio significativo en el futuro es poco probable.

En la administración actual del presidente Milei, la inflación y la consiguiente disminución de los ingresos son dos aspectos críticos que están impulsando una recesión, según estimaciones privadas, podría llevar a una reducción del Producto Bruto Interno (PBI) de entre el 3% y el 4% este año. Aunque solo cuatro sectores han registrado caídas por debajo del promedio, representando conjuntamente el 45% del PBI y el 47% del empleo, incluyendo el Comercio, con una disminución del 5,5%; la Industria, con una caída del 8,4%; la Intermediación Financiera, con una baja del 12,1%; y la Construcción, la más golpeada, con una desaceleración del 19,1%, atribuida principalmente a la reducción de la obra pública.

En este contexto, Milei apuesta por una recuperación económica rápida en forma de «V», aunque los analistas sugieren que el retorno al crecimiento positivo podría demorar más de lo previsto, siendo más factible una recuperación gradual en forma de «pipa de Nike», con un crecimiento más pausado tras el declive inicial.

Un estudio de percepción de la presidencia realizado por CIRCUITOS, Consultora de estudios Sociales, Políticos y Territoriales, realizado a finalizar abril 2024 en las ciudades capitales de las provincias argentinas, muestra que todavía existen ciertas variables a favor del presidente Milei. Veamos algunas respuestas: ¿Qué imagen tiene del presidente Javier Milei? Buena o Muy buena 49,4% al otro extremo la percepción negativa quedo en el 40,3%.

En la pregunta sobre la confianza en el presidente para liderar la nueva etapa política, Milei también obtiene resultados positivos, con un 42,1% respondiendo que «tiene mucha confianza», frente al 36% que no le tiene confianza. Cuando se les preguntó sobre su estado de ánimo frente a la situación económica, cerca del 50% de los encuestados expresó «optimismo y esperanza». Este resultado es positivo para el Gobierno, ya que refuerza la idea de una mejora económica en el futuro. Un 31,3% manifestó pesimismo o enojo y un 17,8% preocupación e incertidumbre.

La tarea de lograr el equilibrio fiscal representa un desafío monumental para la administración de Milei. Si bien un enfoque fiscal estricto podría ser bien recibido por los acreedores internacionales y las multinacionales interesadas en invertir en Argentina, conllevaría recortes en programas sociales y subsidios, en un país donde la mitad de la población vive en condiciones de pobreza. Además, el éxito del gobierno de Milei depende de varios factores, incluyendo la coyuntura económica mundial, la flexibilidad de los entes multilaterales y el continuo apoyo de la población a las políticas propuestas. Un equilibrio difícil de alcanzar

En resumen, los primeros cinco meses de la presidencia de Milei han estado marcados por la intensidad y la habilidad para enfrentar los desafíos económicos de Argentina. Sin embargo, la realización de un cambio económico significativo en el corto plazo será un objetivo difícil de alcanzar, dado el complejo entramado económico mundial y los múltiples factores externos que influyen en la economía del país.

 

El autor es Investigador y analista socioeconómico.

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