miércoles, julio 24, 2024
InicioSeccionesOpiniónEscasez de libertad

Escasez de libertad

Mario Malpartida

La persona es libre cuando no está expuesta a formas arbitrarias del Poder, es decir, “cuando tiene la seguridad de que ningún otro individuo o grupo podrá interferir, intencional y caprichosamente en sus decisiones, al margen de sus intereses y opiniones…”. El respeto a la diversidad es comprender que las personas participan de la sociedad porque tienen el derecho humano; a todas les alcanza la legítima elección de participar, independientemente de sus principios, creencia y militancia. Por el contrario, ahora se trata de que el otro ocasione el deterioro de una persona, una organización, entidad, empresa, o finalmente la ruina de un país, así sea que en su empeño ocasione su propio perjuicio, aunque al final resulte un desastre.
En estos tiempos el ciudadano no requiere de chatGPT para darse cuenta de que las situaciones son caóticas, pues en todos los sentidos, son conflictos que hacen difícil la vida, y en muchas indispensables tan siquiera para sobrevivir. Analizar la actitud del pueblo es importante para ver si soporta la adversidad con indiferencia aparente, argumentando el pretexto de la anarquía social vigente, y el desacato a las costumbres de vida, (actitud negativa a lo convencional, que no es poco); o acepta tolerante, –ya dominado y temeroso de represalia– por la frecuencia y la habitualidad: el Poder tiene disponible a sola orden, en cualquier día y hora, un fiscal, un policía y un juez; quedando preso el ciudadano, la “chicana jurídica” o la prepotencia oficial desbaratan los intentos de ser libre; antes bien, lo que tiene en manos sea un caso ejemplarizador.
Todo tiempo es bueno para decir que no es solo material la satisfacción, es sobre todo emocional: sentir libertad. Hoy ya no se busca el paraíso de la utopía, no existe esa idílica idea que planteaba la posibilidad de crear un Estado justo, en el que todos sus habitantes alcanzan la felicidad. Más parece una quimera, no permite un ensueño, ni jugar a la alucinación. El pensamiento del siglo que avanza tiene otras matrices de ideología, el concepto de bienestar no es el mismo, tan es así que ya no importa; entre guerras frías, batallas comerciales, pugnas por el poder económico y otras guerras de verdad: matan cada día, mueren cada hora.
Por momentos se piensa que la gente sabe lo que se debe hacer, sin embargo, no lo hace, por terquedad, falso orgullo, complejos sin resolver, originados en desventuras y fracasos del pasado. Descreimiento que sabotea el presente, negando el placer de existir; abundan las malas noticias, refugio con nostalgia en la penumbra, en la sombra; mirar a los niños y temer por ellos, sentimiento de culpa por entregarles la perspectiva del futuro abrumador.
Se dispone de muchas cosas que mejoran el bienestar y otras que malogran; el mundo tiene muchos futuros, impredecibles, inciertos. La cosificación: escaso valor del individuo, alto precio que se exige para acceder al derecho de libertad. Un «Estado policial» de permanente aberración judicial, que frente al miedo que provoca oferta seguridad, a cambio de libertad. («Los que pueden renunciar a la libertad para obtener una pequeña seguridad temporal no merecen ni libertad ni seguridad». Benjamín Franklin).
El libro escrito por el psicólogo Erich Fromm, en 1942, es todo un estudio que abunda en conceptos sobre la libertad del hombre. La persona es libre cuando nada ni nadie restringe su acción. “Libertad es el desarrollo integral del hombre en todas sus facetas y potencialidades”. En tanto el hombre llegue a ser pleno en espontaneidad y libertad. («El miedo a la libertad»).
Se escucha decir –como si fuera concesión o gracia– que hay libertad, hasta esperan gratitud por ello; cuando el ciudadano tiene miedo no hay libertad, ser libre es condición básica, inalienable y fundamental (sin chantaje, vigilancia constante y amenaza de peligro latente).
«No hay tal cosa cuando se dice un poco de libertad. O eres totalmente libre, o no eres libre». (Walter Cronkite). Un pueblo con miedo no es libre, un gobierno que infunde miedo, oprime.

El autor es periodista.

ARTÍCULOS RELACIONADOS
- Advertisment -

MÁS POPULARES