sábado, julio 27, 2024
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Industria Farmacéutica busca provisión de insumos

Rolando Kempff Bacigalupo

Uno de los mayores retos de la Cámara de la Industria Farmacéutica Boliviana (Cifabol) es incrementar su participación en el mercado nacional, tanto en el público como en el privado. Para ello se necesitan políticas gubernamentales que le permitan mejorar su competitividad y generar esa soberanía farmacéutica a la que apuntan los países de la región.
Pero, como lo remarca Cifabol, para que esto ocurra el esfuerzo de las farmacéuticas debe estar acompañado por una política gubernamental que genere condiciones de mercado apropiadas para la producción nacional de medicamentos.
De esta forma se permitirá el desarrollo del sector en un ambiente de seguridad jurídica para las industrias, con especial énfasis en la normativa laboral, impositiva y la celeridad que deben tener los procesos de contratación pública de insumos y medicamentos, especialmente el pago oportuno por las provisiones de los mismos.
La reactivación de este sector industrial puede generar mayores fuentes de trabajo calificado y promover nuevas inversiones en maquinarias y equipos de última generación. De esta forma, la industria farmacéutica podrá mantenerse competitiva en el país, y le permitiría estar en condiciones de exportar a otros mercados.
Gracias a la visionaria actitud de Ernesto Schilling Hunn y José Kieffer Bedoya, que fundaron Laboratorios INTI y VITA, respectivamente, en 1936 empezó la producción de fármacos en el país.
El 15 de abril de 1952, bajo el patrocinio de estos dos industriales, se conformó la Asociación de Industriales Químico Farmacéuticos, para defender los intereses del sector. El 29 de mayo de ese mismo año, se procedió a la elección del primer directorio, que tuvo como presidente al Dr. José Kieffer Bedoya.
En el libro Industria Farmacéutica (salud y vida), del Dr. Salim Afcha Maldonado, se recuerda que 25 años después –el 30 de noviembre de 1977– este sector creó un organismo más ejecutivo, la Asociación de Laboratorios Industriales Farmacéuticos Bolivianos (Alifabol), presidida por el Lic. Rodolfo Ameller, que el 15 de febrero del año 2000, se transforma en la Cámara de la Industria Farmacéutica Boliviana (Cifabol), que actualmente impulsa actividades industriales farmacéuticas apoyadas en su personalidad jurídica reconocida por el Estado Boliviano. Los laboratorios fundadores fueron Alcos, Alfa, Cofar, Crespal, Delta, Esfasa, Farcos, Galeno, Ifa, Ifarbo, Inti, Labofarma, Lafar, Minerva, Terbol, Valencia, Vita y otros.
Como Nueva Economía señala, en marzo de 2023, el sector farmacéutico es uno de los más importantes y grandes del país, cuenta con varios actores, entre laboratorios nacionales, importadores, distribuidores, farmacias independientes y en cadena, hospitales públicos y privados, instituciones gubernamentales, Organizaciones No Gubernamentales, seguros médicos y otros especialistas privados.
De acuerdo con la Agencia Estatal de Medicamentos y Tecnología en Salud (Agemed), el número de empresas autorizadas para distribuir y comercializar medicamentos en Bolivia es de 98.514.
Se estima que el valor del mercado farmacéutico boliviano es de unos 400 millones de dólares, que representa aproximadamente 1,3% del PIB nacional, en el que la producción nacional abastece a casi 5.000 establecimientos farmacéuticos, entre cadenas y farmacias de barrio en todo el país.
Es cierto que esta industria podría tener índices de crecimiento más elevados, pero varios problemas limitan a este sector económico. Entre éstos, podemos mencionar la apertura indiscriminada del mercado nacional a productos extranjeros; la escasez de recursos para investigación y desarrollo; el contrabando de medicamentos y surgimiento de la falsificación; la falta de controles a la comercialización de medicamentos ilícitos, falsificados y de contrabando.; y la preferencia del consumidor por productos extranjeros.
A mediados de octubre del año pasado, el Gobierno aprobó el Decreto Supremo 5.040, disponiendo la creación de la Empresa Pública Productiva de la Industria Farmacéutica en Bolivia (Lifab), con una inversión de Bs 3.348,9 millones.
Raúl Crespo, gerente General de Laboratorios Crespal, recordó que en reiteradas oportunidades el Gobierno indicó que el Estado boliviano alentaba la inversión privada nacional, para atender el consumo y necesidades nacionales Los empresarios tenemos la esperanza de que nuestras autoridades mantengan su postura de promover la inversión privada en este importante sector.

El autor es Economista, doctorado Ph.D. en Relaciones Internacionales, Académico de Número de la ABCE y presidente del Directorio de la UREAL.

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