Búsqueda de soluciones para salir de la crisis

Desde el año 2006, cuando el MAS se hizo cargo de la conducción del país, ofreciendo un “proceso de cambio” que implicaba no incurrir en los errores de los gobiernos anteriores, considerados neoliberales o de derecha, mucha agua ha pasado por debajo del puente. Después de casi dos décadas, no solo que males tan cuestionados, como el nepotismo, la corrupción, las designaciones de autoridades a dedo, por favoritismo político y otros, no solo que no han desaparecido, sino que han proliferado y llegado a niveles reprochables.
Al respecto son conocidos numerosos casos de gran repercusión, como la corrupción en el Fondioc, las destituciones de autoridades nacionales acusadas de irregularidades, el apresamiento de policías de alto grado por haberse involucrado con el narcotráfico y, recientemente, la detención de acusados de presunta negligencia y corrupción en la construcción de piscinas de evaporación en la planta de carbonato de litio, etc.
En los últimos años las denuncias sobre casos de corrupción aumentan por la división entre evistas y arcistas, la cual no es creíble del todo, pues varios analistas consideran que es una estrategia para mantener al MAS en el poder, mientras la oposición no muestra voluntad para unirse en un frente único y mostrar un plan sólido para sacar al país de su actual crisis económica.
En consecuencia, ante tal panorama político, la población requiere con urgencia soluciones para que el país salga de su difícil situación económica, la cual se agrava por problemas como el agotamiento de las reservas de gas, lo que incide en que desaparezca la principal fuente de ingresos para el Estado, disminuyan las Reservas Internacionales Netas y escaseen los dólares, tan necesarios para diversas operaciones financieras. Asimismo, es urgente corregir crasos errores que han debilitado a las instituciones, como el sistema de justicia, que está en lamentable deterioro y sometido al gobierno de turno, así como son visibles las carencias en materia de salud, educación, empleo, etc.
También se requiere medidas reales para reemplazar, siquiera en parte, la enorme fuente de ingresos que era la venta de gas al Brasil y la Argentina, recursos que fueron dilapidados por falta de previsión. En este caso no basta anunciar proyectos fantásticos como la industrialización, la explotación de litio o del hierro del Mutún, sin considerar que, en el mejor de los casos, no darán rendimientos inmediatos y que hasta ahora han pasado muchos años y no muestran un camino cierto para su realización.
Por todo ello, a una búsqueda intensa de soluciones están llamadas particularmente las autoridades de gobierno y los partidos políticos, tanto el que está en el poder, como los del llano. De las primeras se necesita capacidad para resolver problemas y disposición para enmendar todo lo que está mal hecho. Del sector de oposición no solo deberían salir críticas y condenas a lo que haga el oficialismo, señalando excesos en gastos, faltas y delitos reales o ficticios; se necesita la presentación de planes para salir de la crisis actual del país.