martes, julio 23, 2024
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El espejismo de la libertad y el problema de la soledad

Marcelo Miranda Loayza

La soledad en el Siglo XXI se ha convertido en un fenómeno complejo que involucra dimensiones sociales, culturales y existenciales. Para analizar esta problemática, es esencial considerar las perspectivas de destacados filósofos como Martin Heidegger, Byung Chul Han y Jean-Paul Sartre, cuyos escritos ofrecen valiosas reflexiones sobre la condición humana y su relación con la soledad.
Martin Heidegger, en su obra “Ser y Tiempo”, plantea que la soledad es una experiencia fundamental de la existencia humana. Para el filósofo alemán, la soledad no es simplemente la ausencia de compañía, sino que se relaciona con la experiencia de estar arrojado al mundo y enfrentarse a la propia finitud. Desde esta perspectiva, la soledad no es necesariamente negativa, sino que puede ser un espacio para la autenticidad y el encuentro con uno mismo. Tomando en cuenta que el pensamiento del filósofo y escritor alemán data de principios del siglo pasado, es necesario repensar el alcance de sus palabras, pues entender la “finitud” como el inicio del encuentro con uno mismo no es del todo comprendido para las generaciones actuales, y es que la falta de una visión de trascendencia en la juventud lleva a que los jóvenes tengan una idea negativa y, hasta aterradora, del concepto de finitud propuesto por Heidegger.
Por otro lado, Byung Chul Han, influenciado por la filosofía de Heidegger, examina la soledad en el contexto de la sociedad contemporánea. Sostiene que la hiperconectividad digital ha exacerbado la soledad, al generar una ilusión de conexión superficial. En su análisis, destaca cómo las redes sociales y la cultura del rendimiento contribuyen a un sentido de alienación y aislamiento emocional, a pesar de la aparente interconexión digital, siendo la pandemia y las restricciones sociales factores que ahondaron aún más en el problema descrito por Han.
Jean-Paul Sartre, por su parte, aborda la soledad desde una perspectiva existencialista. Para él, la soledad es una consecuencia inevitable de la libertad humana y la falta de un significado predefinido en la existencia. La libertad absoluta lo enfrenta a la angustia y la responsabilidad de crear su propia realidad, lo que puede generar un profundo sentimiento de aislamiento y desamparo. Por ello las nuevas generaciones viven, de manera voluntaria, en un espejismo de libertad, donde prefieren vivir su realidad en la seguridad de un mundo virtual, que enfrentar su existencia en situaciones reales.
En la sociedad contemporánea, la soledad adquiere nuevas dimensiones a raíz de la influencia de la tecnología y la cultura del individualismo. La sobreexposición a las redes sociales y la constante búsqueda de validación externa, pueden intensificar la sensación de desconexión y vacío emocional. Además, el énfasis en el éxito personal y la competitividad puede dificultar la construcción de relaciones auténticas y significativas, buscando por ello opciones ficticias de demostración de sensualidad y popularidad.
Ante esta problemática, es fundamental reflexionar sobre la importancia del encuentro genuino con el otro y con uno mismo. Las enseñanzas de Heidegger, Han y Sartre nos invitan a repensar nuestras relaciones sociales, a cultivar la autenticidad y a encontrar significado en la experiencia compartida de la existencia. En última instancia, abordar la soledad en el Siglo XXI requiere un enfoque integral que combine la reflexión filosófica con acciones concretas para promover la conexión humana y el bienestar emocional en la sociedad contemporánea, dejando de lado lo virtual, para empezar una relación real con el prójimo, resolviendo conflictos y construyendo afectos.

El autor es Teólogo, escritor y educador.

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