miércoles, julio 3, 2024
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Niños y adolescentes con dolores en músculos, huesos o ligamentos

Julia Moióli

Un estudio realizado en Brasil con 2.688 estudiantes puso de relieve el panorama del dolor musculoesquelético en el país. Los resultados apuntan que la espalda y las piernas son las principales partes del cuerpo afectadas.

 

Alrededor de un 27 % de los niños y adolescentes brasileños padecen dolores sin causas específicas en los huesos, los ligamentos y los músculos –los denominados dolores musculoesqueléticos–, de acuerdo con un estudio publicado en el Brazilian Journal of Physical Therapy. Aparte de contribuir para desmitificar este problema que, según los autores, a menudo es subestimado por los padres y los profesionales de la salud, el hecho de conocer su extensión permitirá planificar mejor los gastos con dolores crónicos en adultos, males a los cuales se considera como la principal causa de incapacidad en todo el mundo.

En Brasil, el Ministerio de Salud estima que, entre los brasileños mayores de 50 años, más del 35 % padece dolor crónico. En el año pasado incluso se sancionó la ley 14.705/23, que estipula las directrices referentes a la atención de estos pacientes en el ámbito del SUS (el Sistema Único de Salud, la red nacional de salud pública de Brasil). Si bien se sabe poco acerca de gran parte de los factores de riesgo implicados, uno de los que está mejor establecido es el historial de dolor previo, con información que consta en la literatura científica sobre su aparición durante la adolescencia.

“De todos modos, se han concretado pocos estudios en el mundo sobre la prevalencia del dolor musculoesquelético entre los jóvenes y los datos son inciertos: varían de un 4 % a un 40 %, pues no se aplican conceptos uniformes”, afirma Tiê Parma Yamato, investigadora asociada de la Universidade Cidade de Sao Paulo (Unicid), en Brasil, y de la Universidad de Sídney, en Australia, quien coordinó la referida investigación.

“En Brasil, esta cifra parece variar entre el 20 % y el 45 %, de acuerdo con estudios previos; pero en los trabajos se investigaron en su gran mayoría ciertas condiciones musculoesqueléticas específicas, no se tuvo en cuenta el impacto del dolor en las actividades de la vida diaria de los niños y los adolescentes y los mismos se concretaron en ciudades de pequeño porte”.

En la investigación que coordinó Parma Yamato, que contó con financiación de la FAPESP en el marco de tres proyectos, fueron 2.688 niños y adolescentes con una edad promedio de 12 años y provenientes de 28 escuelas públicas y privadas de los estados de Ceará (de la ciudad de Fortaleza) y de Sao Paulo (de las ciudades de Itu, Salto, Sao Sebastiao y Sao Paulo) quienes contestaron un cuestionario con preguntas sobre episodios de dolor en el cuerpo capaces de causar impacto en sus vidas cotidianas, tales como faltar a la escuela y/o impedir la realización de actividades del día a día y/o deportivas.

Entre dichos jóvenes, 728 (un 27,1 %) informaron haber sentido dolores musculoesqueléticos incapacitantes durante los 30 días anteriores. La espalda fue la parte del cuerpo más mencionada: por el 51,8 % de los entrevistados, seguida por las piernas (un 41,9 %) y el cuello (el 20,7 %).

“Al tiempo que constituyen una advertencia al respecto de esta condición de salud entre los niños y los adolescentes que en este momento no cuenta con un protocolo de tratamiento específico en el sistema sanitario, estas cifras nos convocan a mirar hacia el futuro: necesitaremos cuidar a la población joven también si lo que pretendemos es disminuir el dolor crónico entre los adultos”.

Este trabajo aportó también otros datos importantes sobre las características de estos chicos que sentían más dolor: tenían más edad (se encontraban al final de la adolescencia), tenían una relación peor con la familia, padecían más síntomas negativos psicosomáticos, tenían una menor calidad de vida (esto también se evaluó en los cuestionarios) y parecían permanecer durante más tiempo viendo televisión y en los videojuegos. “Con todo, cabe acotar que no observamos relaciones causales en este estudio”, dice Parma Yamato.

 

El mito de los dolores del crecimiento

Aparte de la participación de los niños en este estudio, sus padres también rellenaron un formulario sobre el estado de salud de sus hijos y su percepción sobre este tipo de dolores.

“La literatura muestra que los padres tienden a subestimar las quejas de los niños posiblemente por no tener una comprensión clara acerca de lo que es el dolor en la infancia, y nosotros confirmamos que esto sucede en un 17 % de los casos”, informa Parma Yamato.

Uno de los factores que pueden explicar esta actitud y también camuflar en cierta medida el dolor musculoesquelético es la creencia en los populares “dolores del crecimiento”, que hacen alusión a posibles molestias de los niños en las extremidades, especialmente en las inferiores. “Crecemos con este concepto, pero en la actualidad, en la literatura científica, no existe ningún estudio que logre probar que el crecimiento provoque dolor efectivamente”.

De acuerdo con la investigadora, si un hijo dice que siente dolor, es importante tener la conciencia de que esto puede tener impactos, pero que también hay formas de abordarlo: las medidas por ser tomadas se basan en mayor medida en la actividad física. “No existen motivos de preocupación excesiva, pero es importante saber cuáles son las condiciones de salud, validar los síntomas y posiblemente buscar ayuda para tratar a aquellas personas cuyas vidas se han visto impactadas por dichas condiciones. Y recordar siempre que se trata de un problema común”.

En el marco de un estudio posterior del mismo grupo, cuyos resultados se darán a conocer en breve, se concretó un seguimiento de esos niños durante un año y medio para entender la duración del dolor y también su impacto económico en el sistema de salud… (Agencia FAPESP).

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