miércoles, julio 3, 2024
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Todos los caminos conducen a Bolivia

En el centro de Sudamérica se encuentra Bolivia, posee una favorecida importancia geoestratégica que resulta esencial para la integración regional. A pesar de esto, Chile, Perú, Brasil, incluyendo Argentina y Paraguay, están forjando alianzas bajo la influencia del gigante asiático, con el objetivo de excluir a Bolivia de los corredores de integración al Pacífico y al Atlántico. Esta estrategia es desacertada, las fórmulas de integración que omiten a Bolivia son inviables, tal como lo confirma la historia y la geografía que se describe más adelante. En los últimos 145 años, por ejemplo, Chile ha mantenido a Bolivia enclaustrada, nunca ha presentado una solución sería ante los bloqueos que afectan a nuestro país cuando cierran sus puertos, o por los bloqueos del transporte en Bolivia, prefiriendo beneficiarse del comercio y mantenernos dependientes de esos puertos. Por otro lado, Perú y Brasil, siguiendo fórmulas impuestas desde Asia, proyectan rutas alternas, carreteras y vías férreas que demandan inversiones millonarias y que, geográficamente, resultan imposibles, ya que exigen más tiempo y costos, trayectos que en realidad ningún comerciante o empresario estaría dispuesto a utilizar.
Mirar a Bolivia con desprecio, en lugar de aprovechar las potencialidades y ventajas que ofrece, es una estrategia que da un golpe certero al comercio en este lado del continente; excluirla no solo es un error estratégico, sino también un acto de miopía geopolítica. Las civilizaciones antiguas asentadas en esta parte del mundo, la geografía y la historia reciente, principalmente de intercambio comercial, han demostrado una y otra vez que Bolivia es la ruta natural y más viable para la integración en Sudamérica. Las rutas propuestas que omiten a Bolivia no solo enfrentan desafíos logísticos insuperables, sino que también enfrentan retos climáticos y geográficos que incrementan los costos de transporte y los tiempos de tránsito, factores que desincentivan a los comerciantes, que buscan rutas eficientes y económicas, porque requieren justamente ganar tiempo y coste en las exportaciones e importaciones.
Nuestro Estado ofrece accesos directos y menos onerosos hacia el Pacífico y al Atlántico, lo que lo convierte en un puente esencial entre ambos océanos. Los corredores que pasan por Bolivia permiten una conectividad más fluida y rápida, facilitando el comercio regional y global. Pese a todo ello, los Estados vecinos persisten en subestimarnos y marginarnos, optando por rutas que, aunque respaldadas por inversiones multimillonarias, no logran superar los obstáculos descritos, tanto geográficos como económicos, intrínsecos a la región.
Bolivia no es solo un territorio de paso, es un socio estratégico, cuyo potencial territorial ofrece soluciones eficientes y sostenibles para la integración. Esta ceguera estratégica no solo afecta a Bolivia, sino que también perjudica a toda América del Sur, que pierde la oportunidad de consolidar un corredor de integración eficiente y competitivo. El Estado Boliviano es la clave para una integración exitosa y sostenible, está destinado a convertirse en el socio principal estratégico del Puerto de Chancay en el Perú, emergiendo como la evolución de la logística público privada en el Cono Sur. Este Mega puerto, en combinación con la privilegiada posición geográfica boliviana, reforzará la cooperación bilateral, demostrando claramente que Bolivia puede desempeñar un papel crucial en la integración regional, potenciando la conectividad y la eficiencia en los negocios internacionales. Una alianza que no solo beneficiará a ambos países, sino que fortalecerá la cadena productiva en esta parte del mundo.
Cuando esté funcionando esta red comercial, los Estados vecinos recibirán el impacto y tendrán que reconocer la importancia de Bolivia, correspondiéndoles trabajar conjuntamente, para no quedarse fuera de la ruta del desarrollo, superando visiones e intereses propios, considerando también los intereses colectivos para que sean viables y beneficiosos para todos. Bolivia no es un obstáculo, sino la solución para un futuro de integración y prosperidad compartida. Les recordamos consecuentemente que la historia y la geografía nos enseñan que todos los caminos conducen a Bolivia, por lo que es hora de que las estrategias de integración regional de los Estados mencionados reflejen esta realidad fundamental.

El autor es Abogado Magister en Seguridad, Defensa y Desarrollo, Diplomado de la Escuela de Altos Estudios Nacionales y Director del Centro de Investigación CINDEPRO.

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