La franquicia de Bad Boys es a partes iguales hilarante comedia y acción desplegada en sorprendentes secuencias. Con la cinta anterior, Adil & Bilall demostraron que contaban con la capacidad inventiva que permitiría a dicha cinta sostenerse a la altura de las dos previas- y esto no es cualquier cosa, tomando en cuenta que esas dos primeras partes fueron dirigidas por Michael Bay.
En la captura de la acción, el comparsa de los directores es el director de fotografía Robrecht Heyvaert- “Lo que hace de Bad Boys I y II- y de la franquicia entera- un asunto tan peculiar es la energía no sólo de los actores, sino asimismo de la manera como ha sido capturada por las cámaras y en la edición- todo es enérgico y dinámico”, dice Heyvaert. “Esto es algo que nos propusimos y que impulsamos; impulsamos los contrastes, impulsamos los movimientos de la cámara, los colores. Creo que tomamos lo que estaba ya ahí y conseguimos dar unos cuantos pasos más”.
“En casi todas las escenas, los actores están en movimiento”, prosigue. “La cinta se basa en la historia, pero en muy pocas escenas verás a la gente sentada o de pie conversando. Siempre están manejando, corriendo, caminando. Esto le confiere un sentido del ritmo mucho más interesante”.
Heyvaert implementa asimismo trucos especiales para las cámaras utilizadas en esta cinta. “Utilizamos un par de técnicas no muy conocidas”, señala. “Hemos estado observando y experimentado con el trabajo hecho por drones a lo largo de dos años, y uno de los retos que nos impusimos para este rodaje consistió en la obtención de un trabajo enérgico por parte de los drones en combinación con los personajes”.
Tras el éxito de Bad Boys for Life, comenta Adil, la meta de los directores consistió sencillamente en tornarse aún más creativos. “Quisimos ser un poco menos clásicos en el trabajo de cámaras e intentamos realizar una gran cantidad de tomas raras, poco convencionales, un poco ‘sucias’”, comenta.
Y éste fue el origen de la toma con SnorriCam. La SnorriCam es una plataforma larga ajustada al cuerpo que coloca al público en mitad de la acción cuando los Chicos Malos portan las cámaras- quizás aportando un sabor similar al de un videojuego. Con esta cámara, Adil & Bilall, junto con Heyvaert, son capaces de capturar a Mike cuando éste le arroja un arma a Marcus. “La cámara está ajustada al cuerpo de Will”, explica Heyvaert. Cuando Mike arroja la pistola, dice, “hay un corte sin costuras visibles, perfecto, en el que el arma está montada a la cámara con un magneto”. El sistema de cámara-y-pistola vuela por el aire hasta que alcanza a Marcus. “Martin Lawrence aparece entonces en la toma”- asimismo portando una SnorriCam- “toma el arma y, en ese momento, un técnico oprime un botón para liberar el magneto, así la pistola es también liberada de la plataforma y Martin puede continuar actuando pistola en mano. Es una manera visual de reunir a los personajes en una sola toma sin fisuras. Cuenta la historia y captura lo que ocurre en la escena”.
Una prueba del talento de Will Smith y Martin Lawrence es el hecho de que fueron capaces de actuar y ejecutar las acrobacias al mismo tiempo, sin ayuda de dobles, ajustados a esa pesada plataforma. “Es peligroso cuando tus secuencias de acción se tornan genéricas- los buenos y los malos se disparan sin más”, dice Adil. “Con la SnorriCam puedes sentir que te sumerges y que estás a un lado de los personajes. Debes hallar una cierta originalidad, una cierta manera de que tus acciones sean especiales, no sólo acción aburrida y descerebrada”.
Las cintas de los Bad Boys han aprovechado siempre los distintivos arrecifes de coral de Miami, sus paletas de colores, sus diseños como de art decó. Adil & Bilall acogen esta apariencia, poro intentan llevarla más allá. “Amamos el contraste de los colores”, dice Adil. “A veces, cuando ves una película de acción de alto presupuesto, hay algo blando en estas franquicias- carecen de personalidad. Nos gusta la personalidad. Nos gusta el sabor. Miami es un personaje en estas cintas y cuando viajas a Miami, lo único que ves son colores. Todo salta y brota, y nosotros quisimos capturar esta energía, el sabor de Miami. Adoramos todo esto- es tan exótico”.
“Los colores de Miami en esta cinta son el azul celeste, turquesa, algo de rosa”, dice Heyvaert. “Estos colores, juntos, capturan lo que Miami puede ser de noche. Y no es un invento nuestro- sólo tuvimos que pasear por Miami y notar todos esos colores, el azul turquesa, los rosas. Es una mezcla única que captura la esencia de Miami”.
Adil & Baill pidieron a Jon Billington, el diseñador de producción, que insuflara vida a estos diseños. “Cuando debates una idea con Jon, él regresa más tarde con algo mucho más loco de lo que esperabas”, dice Bilell.
Para todas las acrobacias, los directores trabajaron muy de cerca con el coordinador Greg Rementer a fin de crear una acción que fuese “energética, cinética y visceral”, dice Adil. “Cada secuencia de acción posee su propia personalidad, su propio color. La secuencia de acción de Fletcher tiene mucho más que ver con el humor. Pero la secuencia de Chinook- el choque del helicóptero- es muy intensa: la filmamos a través de una buena cantidad de tomas largas, y realmente puedes sentir como si estuvieras experimentando la acción en tiempo real”.
Todos los actores acogieron la oportunidad para entrenar y ejecutar las salvajes y maravillosas acrobacias que los realizadores imaginaban. Nuñez, por ejemplo, comenta que hay muchas cosas grandiosas que vienen con el paquete de los Chicos Malos, pero quizá lo más divertido es el entrenamiento. “Obtienes atención prodigada por equipos SWAT reales, lo mejor de lo mejor; esta gente viene y te enseña lo más técnico- incluso cómo estar de pie”, dice.
Scipio comenta que todo el entrenamiento y toda la acción fueron personalizados, porque cada una de las secuencias se basó en un personaje u otro. “Armando es la clase de tipo que puede fabricar un arma con lo que tiene a mano”, dice. “La exploración de este tipo de papel y de sus posibilidades inherentes supuso un auténtico placer. Y el trabajo realizado con este equipo de acrobacias, que en Hollywood impone estándares y goza del más elevado prestigio… bueno, es como estar en familia”.
Asimismo, Hudgens asegura que dio la bienvenida al trabajo realizado en aras de la acción. “Es realmente divertido”, dice. “Me encanta usar las manos. Aprendes muchas cosas sobre la mecánica de las pistolas, todo ello me ha fascinado desde siempre, y me siento una persona osada y genial cuando sostengo una pieza de ésas, sabiendo sin lugar a duda lo que puedo hacer con ella- es empoderador, y siempre resulta divertido poder patear algunos traseros”.