La escasez de dólares, las largas filas para adquirir combustibles y la subida de precios de la canasta familiar están creando un ambiente de conflictividad que podría llevar a una crisis política en Bolivia si el Gobierno no escucha y resuelve las demandas de los sectores afectados.
El presidente de la Cámara Departamental de Transportes de Oruro, Jorge Gutiérrez, destacó la insostenible situación de su sector debido a los pagos en dólares que reciben y que los bancos devuelven en bolivianos al tipo de cambio oficial.
Advirtió que los transportistas ya han realizado paros y planean nuevas medidas, proponiendo incluso levantar la subvención a los combustibles.
El presidente de la Federación de Juntas Vecinales (Fejuve) de El Alto, Juan Saucedo, por su parte, instó al Gobierno a reunirse con los sectores afectados para evitar una crisis política similar a la de 2019.
El analista económico de la Fundación Jubileo, René Martínez, indicó que la disponibilidad de dólares es esencial para varios sectores económicos y la escasez de combustibles también amenaza las actividades económicas.
El alza de precios de la canasta familiar ha intensificado las quejas, especialmente por productos como el tomate, la cebolla y el arroz. A pesar de esto, el Instituto Nacional de Estadística (INE) reporta una inflación de sólo 0.63% en mayo.
Martínez criticó esta percepción oficial, atribuyendo la subida de precios a la escasez de dólares y al aumento de la deuda interna.
El Gobierno, por su parte, niega una crisis estructural y culpa a los bancos de ocultar dólares, mientras el presidente del Estado, Luis Arce Catacora, admitió una falta de liquidez, pero defendiendo el modelo económico.
Ante esta situación, se sugieren soluciones como reducir el gasto público, cortar la subvención a combustibles para vehículos ilegales y reformar la política económica.
Martínez enfatizó en la necesidad de sinceridad por parte del Gobierno, señalando que lo peor es negar la realidad y no tomar acción. (Con datos de Sumando Voces)
