El pitido inicial de la Eurocopa-2024, en un tenso contexto político y geopolítico, tuvo lugar ayer, pero el balón rodó con el partido entre la anfitriona Alemania y Escocia, en Múnich. Desde ayer y hasta el 14 de julio, 24 selecciones nacionales intentarán suceder a Italia, que se proclamó campeona en Londres en la última Eurocopa en 2021. En Alemania se prevé la presencia de hasta 2,7 millones espectadores en un total de 51 partidos, que se celebrarán en diez estadios distintos.
Después de una breve pero muy colorida ceremonia de apertura, la copa Henri Delaunay fue presentada sobre el césped antes del inicio del partido por la esposa del antiguo internacional alemán Franz Beckenbauer, fallecido el pasado 7 de enero, y por los antiguos capitanes de la ‘Mannschaft’ Bernard Dietz, campeón de Europa en 1980, y Jürgen Klinsmann, campeón en 1996.
Antes, la fiebre de la Eurocopa-2024 se había apoderado de las calles de Múnich.
En un ambiente festivo y vestidos con los emblemáticos ‘kilts’, la avanzadilla del potente Ejército del Tartán, apodo de los aficionados escoceses (se espera que entre 100.000 y 200.000 acudan a Alemania durante la competición), se hizo con la Marienplatz del centro de Múnich. La zona habilitada para los aficionados en el parque olímpico (35.000 personas) ya estaba completa tres horas antes del inicio del encuentro.
UNA FIESTA PESE A LOS ROCES
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