Falta de atención a guardaparques

No obstante que Bolivia cuenta con parques nacionales con valiosos recursos naturales y que por ello merecen la protección estatal, por el contrario, son objeto de avasallamientos furtivos y depredación por parte de nacionales y extranjeros, sin que se vislumbre acciones oportunas y enérgicas del gobierno de turno, a pesar de la prédica sobre el respeto a la naturaleza.
Pero, por el contrario, cabe recordar que, en Santa Cruz el año pasado hubo el incendio de cinco millones de hectáreas, ante la indiferencia del gobierno, que se empecinó en no hacer la declaratoria de desastre nacional. No obstante que el fuego arrasaba vegetación, exterminaba animales y afectaba a poblaciones nativas. Solo ante la indignación de la población en general se procedió a combatir las gigantescas quemas, las cuales fueron sofocadas totalmente por la llegada de las lluvias.
Sin embargo, las ambiciones para ingresar a las reservas nacionales no han disminuido, las cuales son favorecidas por políticas populistas que no frenan la incursión de los llamados interculturales y hasta extranjeros para aprovechar minerales, maderas, ampliar la frontera agrícola, la ganadería, sembrar coca, etc. También con las quemas ilegales son habilitadas tierras para su venta como lotes. Como se deduce, un gran movimiento económico implica ingresar a los parques nacionales y proceder a su explotación sin límite, a pesar de la vigencia de leyes establecidas para protegerlos.
Y ahora que ha llegado otra temporada de chaqueos indiscriminados, llama la atención que los pocos guardaparques que vigilan las reservas naturales se declaren en estado de emergencia porque el Servicio Nacional de Áreas Protegidas (Sernap), les debe sueldos y otros beneficios sociales. Al respecto dicho organismo estatal, aunque parezca insólito, arguye que espera la llegada de recursos económicos que son enviados por entidades del exterior que apoyan la protección de bosques. Es decir que, si no fuera por la ayuda internacional, los parques nacionales estarían abandonados.
Además, los guardaparques denunciaron que son objeto de traslados de un lugar a otro sin planificación ni respaldo económico de las autoridades del sector. Tal falta de atención a los valientes vigilantes es deplorable, más ahora que se producen incendios forestales en varias regiones del país. Lo peor es que continúan los riesgos para las reservas naturales por parte de la minería ilegal y los avasalladores de tierras, que abren caminos donde les conviene, causan quemas de bosques, casi sin oposición.
Por todo lo descrito, se advierte que mineros ilegales y avasalladores de tierras no dejarán de incursionar en reservas naturales y territorios indígenas, mientras se mantengan disposiciones legales que establecen sanciones mínimas para las quemas o prevalezca la influencia política de los afines al MAS. Y puede seguir impunemente la depredación de las reservas naturales, ante la protesta de la mayoría de la población del país.