Ucrania está debilitando significativamente el control ruso sobre Crimea mediante una serie de ataques con misiles y drones aéreos y marítimos. Estos ataques han obligado a Rusia a retirar casi toda su flota naval de la península ocupada y han agotado considerablemente su infraestructura de defensa aérea, según informan fuentes ucranianas.
Los objetivos militares en Crimea son atacados casi a diario, afectando severamente la logística rusa en el sur de Ucrania y siendo un punto de lanzamiento para ataques con misiles contra territorio ucraniano. Recientemente, 17 docenas de drones fueron derribados en los mares Negro y Azov, y explosiones se escucharon en varias partes de Crimea, siguiendo meses de ataques intensivos contra aeródromos, defensas aéreas y otras infraestructuras militares.
Oleksandr Kovalenko, analista militar del grupo «Resistencia Informativa», indicó que Crimea se ha convertido en un «agujero negro» para el Ejército ruso, donde se destruyen continuamente valiosos equipos militares rusos. Según él, Ucrania ha utilizado los misiles ATACMS suministrados por Estados Unidos para destruir radares y sistemas de defensa aérea S-400, lo que ha permitido que los ataques con misiles Storm Shadow, proporcionados por el Reino Unido y Francia, sean más efectivos.
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Kovalenko comparó la situación en Crimea con el aeropuerto de Chornobaivka en Kherson, donde Ucrania atacó con éxito varias veces durante la ocupación rusa en 2022. Rusia se ve obligada a traer nuevas fuerzas y sistemas de defensa aérea a Crimea, haciendo que otras áreas bajo su control sean más vulnerables.
La presión ucraniana ha llevado a la reubicación de recursos militares rusos fuera de Crimea. Apenas quedan barcos de la flota del Mar Negro cerca de la península, y sólo permanecen allí los barcos logísticos, mientras que otros han sido dañados y no pueden ser trasladados.
Dmytro Pletenchuk, portavoz de la Armada de Ucrania, afirmó que ya no hay «lugares seguros» para los barcos rusos en Crimea, y que Rusia está enfocándose en minimizar los riesgos de destrucción de más barcos. El general Christopher Cavolli, comandante de las fuerzas de la OTAN en Europa, destacó que la «negación a Rusia del libre uso de Crimea y el sur de Ucrania» es una parte crucial de la estrategia de guerra ucraniana.
Los ataques ucranianos continuarán aislando Crimea y amenazando el puente de Kerch, el principal enlace de transporte con Rusia. A pesar de esto, liberar la península requeriría una operación terrestre, lo cual es improbable en 2024 debido a que Ucrania se centra en defenderse de los intentos rusos de conquistar más territorio en el este y el sur.
El «bloqueo» de Crimea podría fortalecer la posición de Ucrania en posibles negociaciones con Rusia, según Sergiy Zgurets, director del portal militar «Defense Express». (El Imparcial)