miércoles, julio 31, 2024
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La economía del país se dirige rumbo al barranco de la crisis

Willy Chipana Mamani

Al llegar a la ciudad de La Paz proveniente de Oruro, escuché al chofer de la flota mencionar en voz fuerte a su ayudante lo siguiente: «Esta noche vamos hacer fila para comprar diésel». En ese momento recordé las filas que hacen en Cuba y Venezuela por pan, combustible o agua potable, pero me pregunté ¿cómo pudimos llegar a esta situación si el exministro de Economía y actual presidente, Luis Arce, decía que la economía del país estaba blindada?
La primera respuesta se fundamenta en que ya no se cuenta con los suficientes dólares en las reservas internacionales netas (RIN) porque fueron utilizados para la instalación de empresas estatales que en algunos casos son deficitarias. Entre 2014 y abril de 2024 las reservas cayeron de $us 15.122 millones a $us 1.796 millones.
Además, se destinó a la subvención de alimentos, servicios básicos y carburantes (en 2023 alcanzó $us 1.821 millones). Pero uno de los factores que ocasionó la merma de la divisa estadounidense en las RIN fue el elevado déficit fiscal, por el aumento del gasto corriente, pues se proyecta que para este año alcanzaría el 7,8% (representa al menos $us 3.600 millones).
Entonces, la falta de combustible a nivel nacional y la consolidación del mercado paralelo para la venta de dólares, donde la divisa estadounidense se cotiza entre Bs 10,50 y 11,50 son los síntomas que indican que la economía del país está camino al barranco de la crisis, de la cual se saldrá con otro Decreto Supremo 21.060. Esta situación refleja que el modelo económico que defiende el presidente Arce Catacora, se agotó, porque si fuese el ideal, la actual situación hubiese sido superada con facilidad.
El modelo económico del gobierno de Arce, que se hace aguas ante el mercado negro del dólar, nada pudo hacer ante la devaluación de la moneda boliviana, que alcanzó al menos el 50%, lo que se refleja en el aumento de los precios de los bienes y servicios en los mercados. A su vez, las calificadoras financieras a nivel internacional bajaron la calificación crediticia del país y la califican como una economía de alto riesgo.
Llover sobre mojado. El mensaje presidencial emitido por Arce, en la semana anterior, tuvo como objetivo el pedido a la Cámara de Senadores para que apruebe un crédito de $us 100 millones para la compra inmediata de combustible, lo cual expresa la desesperación de un gobierno que ya no cuenta con dólares para solucionar la escasez de diésel. Empero, es menester aclarar que por más buques, cisternas o créditos que se pongan como excusa para atender la escasez de carburantes, no es la solución, porque el problema es de carácter estructural.
El recurrir a préstamos externos o importar combustible son parches que prolongan la agonía de la crisis de la economía del país, mientras no se tomen las medidas adecuadas para solucionar el problema de la falta de dólares. Si la intención es mantener un año más este escenario para postularse en las elecciones nacionales a costa del aumento de los precios de la canasta familiar, los afectados serán las familias de escasos recursos.

PROPUESTA
Es urgente la realización de un acuerdo o pacto social productivo entre el sector público y privado, para elaborar un nuevo modelo económico que tenga como objetivo el aumento de la productividad, la creación de empleos seguros y con salarios dignos. Esto para evitar que el país caiga en el barranco de la crisis.
Es necesaria la atracción de inversión extranjera y nacional e incentivos tributarios para las empresas que generen empleos seguros, apoyo al turismo, desarrollo de la agricultura con tecnología de punta y eliminar el Impuesto a la Transacción Financiera (ITF) para que la gente ahorre sus dólares en el sistema financiero y éstos sean utilizados para calentar la economía.
Por último, bajar el déficit fiscal, a través de la disminución del número de servidores públicos, reducción de ministerios y la disminución de los salarios de los ministros, viceministros, directores nacionales y jefes de área.

El autor es periodista y docente universitario.

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