La boutique de alta moda boliviana, Casa Rober Donna, celebra medio siglo de historia, elegancia y glamour. Fundada hace 50 años por la visionaria Sra. Ruth Monasterio Ferrier, quien dejó un legado que se ha consolidado como un ícono de la moda en Bolivia, dedicada a vestir a la mujer elegante con distinción y sofisticación en nuestro país.
Para celebrar estos 50 años de legado, Casa Rober Donna realizó el exclusivo Desfile Show “Maja” en CASACOR, la muestra de arquitectura y paisajismo más grande del país. Este evento se convirtió en una velada inolvidable para todos los asistentes e invitados especiales, donde se entrelazaron la moda y la historia para rendir homenaje a medio siglo de elegancia y sofisticación.
Fue una noche mágica, con la participación de 30 modelos en pasarela, luciendo 100 propuestas de diseño, desde outfit casual elegante, cóctel hasta alta gala, con vestidos lujosos y exclusivos, característicos de moda andaluza, flamenca y sevillana. Se destaca el uso de elementos como flecos, motas y el denominado corte sirena. En esta presentación, sin duda, el pasado y el presente de Rober Donna se unieron para proyectar un futuro lleno de estilo, elegancia y distinción.
«Desde nuestros inicios, hemos buscado no solo vestir a la mujer boliviana, sino también contar su historia a través de cada prenda que seleccionamos con tanto cuidado y sofisticación,» comenta Nena Paredes, gerente de Casa Rober Donna.
La tienda permanece situada en el corazón del casco céntrico de Santa Cruz de la Sierra, en la emblemática calle 24 de Septiembre, donde Casa Rober Donna ha sido un destino predilecto para las mujeres elegantes de todo el país.
«El secreto de nuestro éxito durante estos 50 años ha sido mantener la exclusividad y brindar una atención personalizada que hace que cada mujer se sienta única y especial”, añade Paredes. «Nuestro compromiso con la calidad y la moda de alta gama es lo que nos ha permitido mantenernos como un símbolo de elegancia y sofisticación”.
Los vestidos de Rober Donna, seleccionados meticulosamente desde la capital mundial de la moda, Nueva York, destacan por su exclusividad y atención a los detalles. Cada pieza cuenta una historia, y cada cliente que los elige se convierte en una parte fundamental de esa narrativa de elegancia y distinción de cada mujer boliviana.
«Miramos hacia los próximos cincuenta años con la misma pasión y dedicación que nos ha caracterizado hasta ahora. La elegancia no es solo un atributo, sino una forma de vida que seguiremos promoviendo con orgullo,» concluye Paredes.