Recordemos que los hábitos de estudio son aquellas prácticas habituales que promueven el desarrollo cognitivo, así como la capacidad de aprender con menor dificultad nuevos contenidos y mejorar el rendimiento académico.
Ahora nos introduciremos más en la generación de los hábitos de estudios para lograr mejores resultados. Por lo que iremos detallando paso a paso cada una de las prácticas o actividades que permitirán mejorar los resultados obtenidos a través de la práctica de los hábitos de estudio adquiridos.
Crear un plan de estudio
Debemos considerar que un “Plan de estudios se deriva de la palabra latina ratio stodiorum que significa organización racional de los estudios”. (Furlan, 1996)
Un plan es un modelo sistemático desarrollado antes de llevar a cabo una idea. Por estudio entendemos que es el ejercicio o esfuerzo para comprender o aprender algo. Por otra parte, a través del estudio también podemos investigar y reflexionar sobre un objeto o una situación para aprender de él. En ese sentido, un plan de estudios es un sistema de pasos que son desarrollados para emprender el aprendizaje.
¿Por qué se necesita de un plan de estudios?
Simplemente porque es necesario establecer prioridades si nse desea alcanzar el éxito académico y realmente lograr vencer cada prueba que se enfrenta día con día. Un plan de estudios es el principio de una larga carrera de éxitos académicos. Pero no te engañes, llevar un plan de estudios muy rígido es tan malo como no llevar ninguno.
El plan de estudio o plan de trabajo debe incluir todo lo que hace referencia a una buena planificación y estructuración del tiempo real que vas a dedicar al estudio, teniendo en cuenta el número de materias, su dificultad y el tiempo del que dispones.
Consideraciones para hacer un plan de estudio
Establecer objetivos
Antes de empezar a definir un plan de estudio, es necesario establecer unos objetivos de aprendizaje. Tener unas metas específicas y medibles es el primer paso y el más importante en la planificación.
Considerar todas las actividades que se realizan día a día
Se debe ser realista y tener en cuenta el tiempo que se invierte en otras actividades como hacer deporte, estar con familia o amigos, comer o dormir. Se puede reconsiderar el tiempo dedicado a estas actividades en función de las prioridades personales.
Fijar un horario dedicado al estudio
Una vez definido esos horarios, se debe señalar el periodo de tiempo que se destinará de forma diaria o semanal al contenido que se quieres aprender. Especificar qué temas o unidades se trabajará en cada sesión de estudio.
Recuerda que, aunque el plan de estudio debe ser flexible, el objetivo es cumplirlo lo máximo posible.
Distribuir las horas de estudio durante la semana
Se debe tener en cuenta que para poder ver una mejora en los resultados académicos es mejor no focalizar el estudio en un solo día, ni durante un largo periodo de tiempo sin descansos, ya que el cerebro se concentra por un tiempo limitado.
Para aumentar la eficiencia en el estudio, es recomendable estudiar en diferentes días de la semana y tratar de recordar lo aprendido el día anterior.
Además, utilizar algunos métodos de gestión del tiempo, que traten de dividir el tiempo en intervalos de actividad y descanso, pueden ayudar a aumentar la productividad.
Actualizar el plan de estudio según las necesidades individuales
Es importante tener en cuenta, que el primer horario no será el definitivo. A medida que se vaya probando si se ajusta a todos los contenidos que se tiene que estudiar y a su nivel de dificultad, así como a los posibles imprevistos que se puedan dar, se podrá ir modificando la planificación para ajustarla a las necesidades de forma mucho más exacta.
Una vez desarrollados el horario y la planificación, se podrá empezar a estudiar de forma más productiva.
Cómo elaborar un plan de estudios
Establecer metas a corto plazo
Esto garantiza una motivación permanente. Las metas a corto plazo permiten su revisión en menos tiempo, dándonos el impulso necesario para continuar al próximo paso de nuestro plan.
Es muy importante establecer metas con un tiempo predeterminado, puedes hacerlo cada mes o cada dos meses. Recuerda que esto cobra más sentido cuando analizas las metas logradas o analizas porque no las lograste. Para estos casos, tu plan debe tener flexibilidad para incluir los nuevos cambios.
Establecer objetivos logrables
Este es otro gran factor de motivación. En este punto, es necesario olvidarse de la motivación y enfocarnos en lo que realmente podemos lograr. Establecer un objetivo como aprobar la materia más compleja con el promedio más alto, es probable que solo te lleve a la decepción pues hay factores que no se pueden controlar. Nuestro cerebro funciona mejor con un sistema de recompensas. Si logras lo que te propones, le das una motivación explosiva a tu psiquis para continuar.
Comienza el plan con lo que menos te gusta
Nunca olvidaré al profesor Julio, de morfología y sintaxis. Julio siempre decía que las materias que menos nos gustan, son las primeras que debemos estudiar y a las que mayor esfuerzo debemos dedicar. El profesor Julio explicaba la lógica de que es mejor asegurarse que se vamos a pasar está materia, para no verla nunca más.
Con un plan en grupo es mucho mejor
Los seres humanos somos muy sociales, nos encanta relacionarnos. Un plan de estudio en grupo te ayuda con la interacción en los demás. Pon en práctica el aprendizaje colaborativo. Si estudias en línea, puedes armar estos grupos a través de herramientas de chat o de videoconferencias, aprovechándolas para desarrollar y ejecutar el plan.
¡No!, estudiar un solo día por largo tiempo, no
En lugar de estudiar todo en un solo día, mejor distribuye esas horas en toda la semana. Tu cuerpo, tu mente y tus calificaciones te lo agradecerán. Pero sobre todo, te lo agradecerá tu cerebro, no está diseñado para soportar tanto tiempo en una misma actividad.
El horario debe ser respetado llueve o truene. Eso se llama disciplina. Debe ser la cosa más seria que te propongas.
Un plan de estudio no es inamovible
Es necesario abundar al respecto. Todos los estudiantes cursan varias materias al mismo tiempo. El plan de estudio debe adaptarse a los cambios y manejarse en el menor corto plazo posible.
Crea un propio espacio de estudio
Crea tu propia área de estudio. El cual debe tener singularidad y recibir la importancia correspondiente. Esta área de estudio debe estar limpia y sin distracciones. Entre las recomendaciones más comunes, a manera de ejemplo se recomienda activar el modo de avión del celular. Es recomendable que un área de estudios debe minimizar el estrés para maximizar el enfoque.
El descanso es primordial
Uno de los hábitos más relevantes es tomar un descanso adecuado. Es bueno programar una alarma para acostarte. Casi todo el mundo la programa solo para levantarse. Planifica la alarma también para que te avise la hora de acostarte, por lo menos hasta que te acostumbres.