Si bien la actual coyuntura tiene similitudes con lo que ocurrió en la década de los 80, los orígenes son distintos, así como la solución. La crisis económica fue provocada por el gobierno de Evo Morales, así como por la actual administración de Estado, debido a que los recursos que ingresaron al país por la venta de gas no fueron invertidos para desarrollar la economía nacional y diversificar las exportaciones.
Los economistas coinciden, por separado, que la crisis es similar, por el crecimiento del déficit fiscal, pero los mecanismos de transmisión son diferentes.
Mientras en el gobierno de la Unidad Democrática y Popular (UDP) la emisión inorgánica de dinero provocó la hiperinflación, además recibió una administración que había salido de una crisis económica y política.
Mientras que ahora la crisis fue provocada por Evo Morales y Luis Arce. El economista y docente de la Universidad Técnica de Oruro (UTO), Ernesto Bernal, explicó que en la década de los 80 había déficit, porque no se tenían los recursos necesarios, pero la diferencia con la administración de Morales y Arce, había ingresos para aprovechar y proyectar una economía de base ancha, así como para cambiar la estructura productiva, pero no se lo hizo. Los “polis maker” hicieron una mala aplicación de una política económica.
En su momento, el doctor en economía Antonio Saravia dijo que cada día se gasta 20 millones de dólares para pagar planillas de sueldos y salarios, debido al crecimiento del sector público; por su parte el consultor financiero Jaime Dunn indicó que al año el gasto que realiza el estado en estos gastos alcanza a 7.000 millones, por lo que lo que dé el campo Mayaya Centro X-1, de 6.800 millones no alcanzará.
El economista Gonzalo Chávez ya sugirió al Gobierno de bajar el déficit con la reducción de los gastos, y cerrando las empresas públicas deficitarias, pues ahí es donde se van los recursos.
El mecanismo de transmisión fue a través de la balanza de pagos, el Gobierno gastó todos los dólares que teníamos y de las Reservas, indicó.
El economista y ex director del Banco Central de Bolivia (BCB), Gabriel Espinoza, también se refiere al tema de la crisis de la balanza de pagos, y dijo que es parecida a la década de los 80, pero el origen no es el mismo.
Explicó que en la década de los 80, el endeudamiento era grande y las reservas pequeñas, lo que provocó problemas de pago de deuda. Hoy la balanza de pagos tiene que ver con el consumo, importamos combustible y productos que no se hacen en el país.
En la década de los 80, la estabilización se la hace con la renegociación de la deuda externa; mientras que el consumo no lo puedes estabilizar, cuya actividad tiende a caer, sostuvo y agregó que en este periodo había energía, combustibles.
El 100 % de la gasolina ofertado en el mercado y el 80 % de diésel era de origen nacional, pero ahora de 10 litros de gasolina sólo 4 son de producción local y en el caso del diésel de cada 10 litros sólo 1 es producido en el país, remarcó.
Adelantó, que al paso que va el sector de hidrocarburos, hasta fin de año el 100% del consumo de diésel será importado.
“Querer repetir la misma receta del 80 sería un error. El pago de la deuda externa se lleva una gran parte de las divisas, pero este no sería el principal problema, sino que el país consume más de lo que produce”, reflexionó.
CRECIMIENTO
Mientras tanto, el economista Darío Monasterio sostiene que el crecimiento económico se acercará a las proyecciones de los organismos internacionales, y que los registrados en 2021, 2022 y 2023 fueron efecto del rebote estadístico.
La pandemia provocó una recesión de la economía nacional en 2020, y en la década de los 80 la crisis económica provocó cifras negativas de crecimiento, y en la presente gestión se podría registrar esta situación económica.
“Estamos camino a una recesión”, alertó Monasterio y planteó que es mejor adelantarnos a esa situación de los 80, con la aplicación de un 21061, para que nos ayude a salir de la actual situación económica.
Por ello se requiere liberar la economía y el mercado de la oferta y la demanda, y mejorar la institucionalidad monetaria para mejorar la imagen del país en el ámbito internacional, atraer inversión privada.
Entre tanto, Bernal también opinó que el país está más cerca de las proyecciones de crecimiento de los organismos internacionales, pero sino se implementan medidas de políticas económicas para frenar la actual situación, la próxima gestión estaríamos ingresando a un crecimiento cero o una recesión.
La crisis macro ya está presente, y la crisis micro todavía no se siente con fuerza, aunque los precios de los productos van subiendo y los bolivianos ya sienten en sus bolsillos, pues la plata ya no les alcanza.
Varias parlamentarios de oposición se refirieron a la actual situación del país, similar a la que estaba Venezuela antes de entrar a una crisis profunda, que provocó migración, cierre de empresas, racionamiento de combustible y falta de divisas.
En las redes sociales muestran que el dólar paralelo ha devaluado al boliviano en más del 100%, y el salario perdió poder adquisitivo, debido al incremento de los precios de algunos alimentos en el mercado nacional.