Problemas agrarios sin solución en Santa Cruz

Hace algunos días volvieron a reunirse autoridades del Estado Plurinacional y representantes de organizaciones de empresarios agropecuarios, en ausencia de representantes de campesinos del interior del país. La reunión sirvió para actualizar y tratar asuntos para el cultivo de transgénicos y la seguridad de la tierra en la región oriental del país, aunque sin llegar a acuerdos. Para llegar a ellos, ahora el presidente Luis Arce Catacora estudiará los temas para que, finalmente, sean debatidos en la capital oriental con su asistencia y la de sus ministros.
En la mencionada sesión se seguirá debatiendo asuntos técnicos relacionados con la agricultura oriental, así como el problema de la invasión a haciendas privadas. Es decir, de loteadores que incursionan en establecimientos en producción, conflicto que ya dura varios años y en vez de ser resuelto se agrava, sin que haya solución a la vista para las masas campesinas de las zonas avasalladas.
En la reunión solo estará presente la oligarquía agraria cruceña y como no estarán representantes de los agricultores del resto del país, no se tratará la crisis económica que afecta gravemente al sector agrario andino, lo que es una muestra de discriminación a la numerosa población de esa zona del país.
Es notorio que al Estado Plurinacional no le interesa la suerte de los campesinos de los cinco departamentos altiplánicos y de los valles y así no tendría el menor interés de sacarlos de su estado de miseria, pobreza y muerte en que se encuentran desde hace más de veinte años. Por otro lado, se percibe que el gobierno de turno solo se interesa por la región oriental, ya que es objeto continuo de apoyos, inversiones y atención política para que siga el ritmo de cambio que originó la Reforma agraria de 1953.
Los asistentes a esa asamblea no tratarán el asunto del desconocimiento constitucional al derecho de propiedad de campesinos que tienen tierras en regiones andinas e inclusive a los de Santa Cruz, hecho que afecta también a la economía oriental y no le permite el desarrollo que anhela. Es más, sin una solución para ese problema, la agricultura oriental no podrá progresar como se desea, por más que se realicen sesiones del tipo señalado. Por el contrario, se mantendrá la agricultura en un estado de crisis permanente y los problemas existentes llegarán a niveles aún más agudos, ya que, con solo afectar el derecho de propiedad de un pequeño agricultor, se afecta el derecho de todos los dueños de tierras.