sábado, agosto 17, 2024
InicioSeccionesOpiniónÉtica legislativa

Ética legislativa

Eric L. Cárdenas del Castillo

El grande Bolívar al referirse a los legisladores, expresó que éstos deberían tener como principal virtud la ética, pues los legisladores al ser los que elaboran las leyes, deben responder a sus conciencias al elaborar normas que luego serán de cumplimiento obligatorio por los ciudadanos.
La ética, desde el punto de vista filosófico, es considerada como el estudio (razón) de la conducta, es la rama de la filosofía que estudia lo racional de la conducta, la virtud, el deber, el buen vivir, de tal manera que en su desarrollo considera lo que es bueno y lo que es malo, lo correcto y lo incorrecto, lo prohibido y lo permitido, etc. Profundiza su estudio en los valores de la bondad o el antivalor de la maldad, procurando llegar a los criterios que están presentes en una sociedad.
El carácter científico de la ética, parte de la razón, a través de la cual estudia los patrones de comportamiento en la realidad y a la vez propone: cómo debe ser ese comportamiento ajustado al patrón de conducta estudiado. También la ética estudia las causas y razones, prejuicios y aciertos de la conducta y hace énfasis en la normativa moral y jurídica, de tal suerte que no solo estudia lo que es la conducta, sino cómo debe ser la misma.
La ética en su cumplimiento, se ajusta a la diversidad de sistemas morales que hay en una sociedad, en la que la potestad de actuar libremente de los individuos, debe ajustarse a sus valores tanto individuales y colectivos. Como doctrina la ética emite juicios valorativos sobre lo correcto, incorrecto etc., en referencia a acciones, hechos, situaciones o decisiones, incluso analizando las intenciones de quien actúa. Su valoración importa un juicio moral sobre la conducta.
En estos tiempos de populismo extremista en nuestro país, el Órgano Legislativo, es objeto de críticas, debido a la conducta de algunos de sus miembros, en especial de las corrientes oficialistas, que debido seguramente a limitaciones de formación ética, sus conductas no responden a lo que se espera de ellos, y cometen actos reñidos con las normas éticas y del buen trato social, donde el bochorno, la inconducta, la violencia física y la demostración de escasa cultura, da una pésima nota a la ciudadanía, salvada, por supuesto, alguna excepción.
Han sido denunciados algunos legisladores, por la comisión de actos de abuso sexual, corrupción, enriquecimiento, nepotismo, abuso de poder, etc. Al presidente de la Cámara de Diputados le endilgan enriquecimiento en función del cargo, sin que las autoridades llamadas por ley a investigar, hubieran cumplido su función. Nos enteramos que las esposas, hijos y parientes de algunos legisladores del oficialismo, desempeñan funciones en otros Órganos del Estado, en los que perciben elevados salarios.
La ética colectiva, demanda que los servidores de la sociedad, sean un ejemplo de ciudadanos, dotados de una buena formación ética, de tal manera que su servicio y representación de la sociedad, sea digna y sus actos revestidos de valores, conocimientos, vocación de servicio. Y como aconsejaba el libertador Bolívar, de mucha ética, precisamente para que su servicio a la colectividad sea efectiva y provechosa.
La sociología nos enseña que todo individuo en la sociedad desempeña diversos roles y tiene diversos status, pero además nos señala que hay una “expectativa de rol”. Es decir que a cada rol le corresponde una conducta que es esperada por el colectivo, así por ejemplo, esperamos que el obispo tenga una conducta piadosa, estrictamente moral, es la conducta esperada para ese rol. Por ello nos llamaría la atención si ese obispo aparece en medio de una riña callejera, conducta que no nos llamará la atención si en una reyerta aparece un lustrabotas.
Aplicando la sociología, debemos decir que la sociedad pese a su diversidad, espera que los legisladores o asambleístas como se los denomina ahora, tengan una conducta conforme a su rol precisamente de legisladores, los que elaboran las leyes, los representantes del pueblo que votó por ellos. Por ello deben ajustar su conducta a ese rol que desempeñan, es decir el “rol clave” o el principal que desempeñan, porque a través de éste, se relacionan con la sociedad y ésta les reconoce un status, el lugar que ocupan en la sociedad.
Ahora bien, la sociología estudia como pautas de comportamiento social, todos los hábitos, usos y costumbres que tienen los individuos en su relacionamiento entre sí y con la sociedad. Pero los modos de comportarse responden a normativas sociales o pautas de conducta, caracterizadas por las maneras compartidas de pensar, sentir y obrar. Éstas constituyen la base de los roles, de las instituciones, de la cultura. Las normas sociales nos señalan lo que debe haberse en cada circunstancia y en cada posición social, son el DEBER SER de la conducta.
Es urgente recuperar la credibilidad y respeto a la sociedad de sus gobernantes, que debe ser la premisa de éstos para un buen gobierno y eficiente servicio a ésta.

El autor es Abogado, Politólogo, escritor y docente universitario.

ARTÍCULOS RELACIONADOS
- Advertisment -

MÁS POPULARES