martes, agosto 27, 2024
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La tragicomedia y agonía del MAS

A lo largo de la historia de Bolivia, los partidos políticos que llegaron unidos al gobierno, a poco de estar gozando de las mieles del poder se dividieron en fuerzas contrarias y hasta antagónicas y terminaron su ciclo cediendo ante la realidad de una nueva etapa histórica. En tal situación, las tiendas partidarias repitieron el drama del desorden, la división y, finalmente, la agonía y la muerte.

Son conocidas las historias de esas fragmentaciones, como la del Partido Liberal,          que engendró al Partido Republicano y una vez que éste se hizo del gobierno, se dividió y así sucesivamente, hasta que llegó el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) al Palacio Quemado y luego de pregonar que gozaba de una “unidad monolítica”, se atomizó y quedó destinado a la tumba.

La repetición de esos casos se convirtió en una ley, que se está cumpliendo con el actual partido de gobierno, el Movimiento al Socialismo (MAS) que, al parecer, se va escindiendo y su destino es ingresar al cementerio donde están partidos políticos que han periclitado por sus graves errores.

El MAS llegó al poder pregonando unidad inquebrantable porque representaba a varias clases sociales. A la vez sus líderes dijeron que nunca el masismo saldría del Palacio de Gobierno, a pesar de que era mero inquilino, porque el poder es efímero. Pero, conseguidas las metas más generales, el partido azul empezó a fragmentarse de manera inevitable y definitiva, por un lado, al surgir bandos de “evistas” y arcistas”. Pero los enfrentamientos entre ellos, que al principio parecían propios de una comedia de circo, se agravaron como parte de una tragedia, de tal forma que algunos de ellos ruegan por retornar a la unidad perdida.

Sin embargo, esa división entre comedia y tragedia era también dudosa y ahora ha derivado en una tragicomedia circense, pues los socios ahora separados no tienen quién los una. Y es que las famosas “organizaciones sociales” se han disparado por su cuenta y, además, también enfrentan divisiones. En todo caso, la actual tragicomedia masista, parece un horrible drama pasional, cuyos protagonistas podrían poner fin a su aventura solo en su lecho de muerte. Entre tanto, la tragicomedia continúa….

Finalmente, se debe recordar que las apariencias engañan y que detrás de ellas está la verdad. Tal es el caso de algunas declaraciones superficiales de unidad, que lo único que encubren es la fragmentación partidaria y que la amorosa convivencia del pasado entre masistas ya no existe, ni en el sentido ideológico ni en el práctico.

Empero, lo que hay que prever es qué se deberá hacer cuando se hunda la nave, algo de lo que no tienen ni idea los partidos políticos del país, calificados como montones de ladrillos rotos.

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