Dr. Iván Arturo Velueta – Cirujano Urólogo y Especialista en Cirugía de Mínima Invasión
El pene está cubierto por un tejido llamado prepucio, el cual generalmente desliza fácilmente sobre la cabeza del pene.
El movimiento del prepucio es lo que le permite al hombre orinar o lograr una erección completa. Sin embargo, puede darse el caso en que el prepucio se encuentre demasiado apretado o cerrado, de manera que se cierre sobre el glande y no pueda moverse o retraerse. Esto es lo que se conoce como fimosis.
La fimosis puede ser congénita o producirse en otras etapas de la vida, aunque es más raro. En los adultos puede deberse a balanopostitis sucesivas que se refiere a inflamaciones del glande y el prepucio a consecuencia de una infección o uso de jabones muy agresivos para la higiene, ciertos tipos de balinitis (infección del pene) y traumatismos peneanos.
La fimosis puede ser:
- Puntiforme: El estrechamiento del prepucio se sitúa únicamente en la parte del orificio, mientras que el resto mantiene un aspecto normal. Este tipo de fimosis puede dificultar la micción.
- Cicatricial: La parte exterior de la piel del orificio del prepucio se endurece o engrosa, generalmente como consecuencia de episodios previos de balanopostitis.
- Anular: Se definen como tales todos aquellos casos de fimosis que no pueden incluirse en las clasificaciones anteriores.
La fimosis generalmente se convierte en un problema cuando genera síntomas. Estos incluyen:
- Cambios en el color del glande o prepucio.
- Presencia de manchas o erupciones.
- Dolor.
- Comezón.
- Incapacidad para retraer completamente el prepucio.
Los tratamientos para la fimosis incluyen la aplicación de esteroides, antiinflamatorios o la circuncisión o extirpación quirúrgica. La elección de un procedimiento u otro dependerá de la gravedad del paciente.