martes, septiembre 3, 2024

Después de la presentación de los resultados preliminares del censo de población 2024 por parte del Instituto Nacional de Estadística (INE), han surgido desde varios sectores de la sociedad muestras de descontento. Que en 12 años haya habido un crecimiento demográfico solo de poco más de 10 por ciento, es motivo de cuestionamiento por parte de parte de autoridades municipales y departamentales, particularmente. Inclusive se ha pedido una auditoría al censo para verificar si son correctos los resultados. Por su parte desde el INE se ha manifestado que las puertas de la entidad están abiertas para que se haga una revisión a las boletas censales, lo que resulta inefectivo a estas alturas, pues el control social debió ser en el momento del acto mismo.

Tomando en cuenta las demandas de explicaciones en detalle, se tendrá que esperar que ello ocurra después de algunos meses. Lo cierto es que falta conocer datos sobre natalidad, mortalidad, migración, población por comunidades y manzanos, y otros que hayan resultado omitidos. De cualquier manera, por las cifras conocidas y al ser, en apariencia, los aumentos poblacionales mínimos, el censo parece haberse desarrollado al gusto del gobierno de turno, pues de los resultados censales depende la asignación de escaños legislativos, y cada departamento ninguno quiere perder.

Sin embargo, lo más importante de los reclamos de la opinión pública es que se exige que sean revisados los mapas cartográficos, pues como están ahora implican que circunscripciones uninominales a pesar de contar con menores cantidad de población tienen mayor cantidad de parlamentarios que centros urbanos. En este sentido, llama la atención, según el reciente censo, que ciudades intermedias y zonas rurales en varios departamentos hayan crecido demográficamente de manera llamativa, particularmente en lugares afines al MAS. En cualquier caso, lo justo es que, por tener mayor población, las urbes tengan más representantes en el Legislativo.

No obstante, se señala que es muy importante que los legisladores escogidos por los partidos políticos sean motivo de un examen previo riguroso, para no volver a contar con legisladores ineptos o que brillan por su ausencia y si asisten a las sesiones parlamentarias solo participan en el momento de levantar la mano para aprobar normas que no entienden. De esta manera, se podrá evitar, además, que vuelvan a surgir denuncias sobre asambleístas violentos, acosadores de mujeres, ebrios o corruptos.

Finalmente, considerando todas las muestras de descontento por los primeros datos entregados por el INE, se observa que la causa principal es la falta de credibilidad en todo lo que hace el gobierno, que generalmente se dedica a minimizar problemas y solo cuando éstos amenazan con provocar conflictos sociales de gravedad recurre a medidas desesperadas, como llamar a referéndum para abordar temas que son de su exclusiva competencia.

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