La explotación sexual comercial de niños, niñas y adolescentes (Escnna) es una de las peores formas de violencia y afecta la libertad e integridad de este grupo poblacional. En el país, las redes de explotación han dinamizado sus modalidades, de captación de víctimas y oferta de ellas. Los sistemas que deben responder a este delito tienen aún debilidades técnicas, logísticas y de coordinación, situación que limita el acceso a la justicia y protección para las víctimas.
Esa es una de las conclusiones de los estudios realizados en 2020 por las organizaciones de la sociedad civil Movimiento Vuela Libre, una alianza de instituciones dedicada a la investigación de estos hechos y que cuenta con el financiamiento de ICCO Cooperación; Tejiendo Redes Seguras, programa apoyado por Caritas Suiza en Bolivia – Protejeres, programa ejecutado en Bolivia por Educo Ceadl, y las fundaciones Munasim Kullakita y Estrellas en la Calle, entidades financiadas por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo.
Los responsables de este trabajo hicieron públicos sus investigaciones el pasado martes 17 y miércoles 18 de agosto en un taller que convocó a autoridades nacionales, departamentales y representantes de 18 organizaciones de la sociedad civil y organismos internacionales, como la delegación de la ONU en Bolivia, entre otros.
Las investigaciones presentadas quedaron plasmadas en tres documentos sobre la materia y dos guías de atención y prevención de la trata y tráfico de personas.
Además de la propuesta de un Modelo integral de prevención y atención a víctimas de trata de personas y violencia sexual comercial.
Los investigadores identificaron cuáles son las necesidades para mejorar los sistemas de protección y persecución de estos delitos. Las instituciones vinculadas con la atención, prevención, protección y persecución deben generar mecanismos de actualización en la atención y requieren especializar sus conocimientos y su trabajo, explicó el coordinador nacional del Movimiento Vuela Libre, Ariel Ramírez.
“Hemos confirmado que en Bolivia es necesario actualizar el marco jurídico y adaptarlo a la realidad actual; dada la presencia masiva de la tecnología digital en la vida diaria. Este contexto aumenta la esclavitud sexual comercial (captación de víctimas, comercialización de material de abuso y explotación, a través de las redes sociales)”, agregó.
También se evidenciaron debilidades en cuanto al registro y seguimiento de casos, lo cual deriva en un subregistro en la estadística real de la explotación sexual comercial.
En criterio de Ramírez, es en el espacio virtual donde se dinamiza la Escnna (captación de víctimas, comercialización de material de abuso y explotación, a través de las redes sociales) por lo que es necesario fortalecer a las instancias que luchan, en este ámbito, contra este delito.
“Desde Educo, en el marco de Protejeres, trabajamos la propuesta de modelo integral de atención a las víctimas de trata de personas y violencia sexual comercial. Este documento se completa con dos herramientas operativas trabajadas junto al Movimiento Vuela Libre, una guía metodológica para el trabajo en acciones de prevención y otra guía para el trabajo de centros de acogida especializados”, mencionó la coordinadora de Protejeres en Educo, Nancy Alé Olguín.
Otro factor que incrementa el riesgo para las víctimas reside en el hecho de que en Bolivia no existen suficientes casas de acogida para quienes escapan de la trata.
“En los centros de acogida pasa lo mismo; hay pocos y están impulsados por la sociedad civil; uno de ellos es Munasim Kullakita, además de otros dos en Cochabamba”, añadió Alé.
Desde hace tiempo se observa una falta de coordinación entre todas las instituciones del estado, de los departamentos y municipios, encargadas de proteger o ayudar a los niños, niñas, y mujeres en temas de violencia familiar; a esto se suma la falta de conocimiento de los administradores de justicia sobre el tema.
Falta de coordinación limita acceso a justicia y protección de víctimas
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