domingo, octubre 20, 2024
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Una gran conspiración en marcha

Jhonny Vargas

Hay una gran conspiración en marcha, encabezada por el ex mandatario contra Luis Arce Catacora, reclamando su habilitación para las próximas elecciones generales. Y la Sala Constitucional cuarta del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, insta a no bloquear los caminos del país. El ex mandatario había decidido retirarse, pero se reintegra, mientras tanto el Ministro de Gobierno denuncia que el ex mandatario se moviliza en un vehículo de lujo de una familia vinculada al narcotráfico, la “narco vagoneta” valuada en 90.000 dólares, dando a entender que este movimiento sedicioso es financiado por el narcotráfico, como si el ministro Del Castillo fuera paladín de la lucha contra el crimen organizado transnacional. Pero todo el mundo sabe que el mismo gobierno boliviano está metido hasta el cuello en este gran negocio. Y continúan las agresiones a mujeres periodistas que solo hacen su trabajo.

El presidente Arce Catacora debe cumplir y hacer respetar las leyes, mantener el orden, he ahí la tarea elemental de su gobierno, pero no lo hace, tampoco mantiene el orden público, por el contrario, permite que una marcha ponga fin a su gobierno. Arce debe dar al país una autoridad sostenida y una administración vigilante, su acción debe estar destinada a los servicios públicos, a asegurar el funcionamiento de las instituciones del Estado y mantener con firmeza entre sus servidores públicos, la disciplina y la armonía. Con Arce tenemos una autoridad caída y una administración distraída, su acción está destinada a la corrupción pública, asegurando el proceso de desinstitucionalización del Estado y mantiene entre sus servidores públicos la indisciplina y la mayor desarmonía. Toda esta situación de crisis política en el interior de su partido nos ha llevado a una polarización destructiva de toda la sociedad boliviana.

En nuestro país dos políticas principales rivalizan entre sí, disputándose la victoria en unas próximas elecciones generales que esperamos sean limpias y transparentes, con un nuevo padrón electoral y una institución electoral independiente. Una es la política de resistencia a dejar el poder, política de conservación del poder por parte del régimen dictatorial, mezquina, egoísta, de reacción fría y calculadora que utiliza la violencia y el terrorismo de Estado, que va en contra de las reivindicaciones populares. Y la otra es la política de la regeneración, de la renovación, que proclama el poder de la democracia directa, la justicia social, la solidaridad, el progreso económico y la elevación moral de los ciudadanos. Ésta última es la política que responde a las aspiraciones y las necesidades de la población boliviana.

Frente a este escenario de conflicto social inminente, Arce debe procurar conciliar el respeto a las leyes y el supremo interés de la paz pública, pero su pacto de unidad convoca a contramarcha y a una masiva concentración en la zona de Ventilla de El Alto. Es todo lo contrario a cómo debe proceder un buen gobierno, con mucha prudencia, tolerancia y no apelando a la violencia extrema. Pero todo parece indicar que habrá un baño de sangre, cuando ahora más que nunca Bolivia necesita concordia y unión de todos los bolivianos para hacer frente a la crisis económica que está afectando nuestros bolsillos. Los bolivianos hemos tenido que soportar constantemente, una avalancha de ultrajes, injurias y calumnias de parte del Movimiento al Socialismo. Queremos un gobierno que procure la libertad para todos, no solo para un partido, porque su idea de libertad, solo es un privilegio de los jerarcas del MAS y no de todo el pueblo, esto ahora debe cambiar y contra viento y marea, el pueblo será libre.

Señor ex mandatario, no hay conspirar contra la salud de la patria, todo su entorno está corrompido por la soberbia. Usted se ha olvidado del pueblo, en el momento más crítico ha abandonado a su pueblo, incluso hasta en la marcha para salvar la patria los abandona y si no fuera por la ola de críticas que generó su anuncio de retiro, usted no hubiese vuelto a la marcha. Claro, se siente muy cómodo acompañando a su marcha en un vehículo de lujo, mientras sus seguidores estarían dispuestos a dar la vida por usted. Bueno, no tanto por usted, sino por las ventajas que pueden recibir ellos, si logra su objetivo. Usted que se cree el líder de los humildes, no puede caminar, debe ir placenteramente sentado en un vehículo de casi 100 mil dólares…

Como quisiera tener un presidente valiente, que diga en conferencia de prensa lo siguiente: “El que proponga alterar el orden en Bolivia, el que yo sepa que ha hecho o proyecta hacer o intenta algo en daño de la patria, conocerá a costa suya que este país tiene un presidente vigilante, una Asamblea Legislativa fuerte y valerosa y un Órgano Judicial con excelentes magistrados”. Les juro que inclusive yo lo seguiría. Pero en Bolivia tenemos un presidente negligente, un Legislativo débil y corrompible y un Órgano Judicial con pésimos magistrados. Ahora bien, si se ha establecido ya un orden constitucional en el país, dos cosas siempre tenemos derecho a exigirle: orden y libertad. Si una sociedad se ve privada del orden, vive angustiada, inquieta y presa de agitaciones, como estamos ahora todos los bolivianos. Si el ex mandatario reclama por sus derechos políticos, cuando existe una sentencia constitucional que inhabilita su candidatura, él está atentando contra la libertad de todos.

 

Jhonny Vargas es Politólogo y Docente de Postgrado.

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