domingo, septiembre 29, 2024
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Renta Dignidad

Fondo de vejez baja y beneficiarios aumentan

> A julio de 2024, la cifra erogada para el pago de la renta Dignidad alcanzó a 2.782 millones de bolivianos y el número de beneficiados a esta fecha llega a 1.203.376.

Desde un principio la sostenibilidad del Fondo de la Renta Universal de Vejez (FRUV) estaba en observación, ya que se apostaba a ingresos por la venta de recursos naturales, como el gas, muy dependiente de las fluctuaciones de los precios internacionales, pero también de los rendimientos de las empresas públicas. Ahora, los ingresos bajan y el número de beneficiados va en aumento.
El Fondo de Renta Universal de Vejez se financia conforme lo dispuesto en el artículo 9 de la Ley N°3791 de Renta Universal de Vejez, con: a) El 30% de todos los recursos percibidos del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH), de las Prefecturas, Municipios, Fondo Indígena y Tesoro General de la Nación y b) Los dividendos de las Empresas Públicas Capitalizadas y Nacionalizadas en la proporción accionaria que corresponde a los bolivianos, según la memoria anual y estados financieros del Fondo de Renta Universal de Vejez (FRUV) gestión 2020 de la Gestora Pública de largo plazo.
El pago inicialmente se fijó en un monto anual de 2.400 bolivianos para beneficiarios No Rentistas, 1.800 para Beneficiarios Rentistas o Pensionados, montos que en el transcurso del tiempo se incrementaron y actualmente ascienden a 4.550 y 3.900, respectivamente, según el documento.
Para el analista en temas económicos de la Fundación Jubileo, René Martínez, en promedio se requiere 700 millones de dólares anuales para el pago de la Renta Dignidad y se desconoce la cifra del Fondo, ante la poca información oficial.
El economista Darío Monasterio indicó que el Fondo de Pensiones requiere una reingeniería, sobre todo de la Renta Dignidad.
Recientemente aprobaron un proyecto de Ley que aumenta los recursos del Fondo Solidario para incrementar la renta de los jubilados, propuesta criticada por economistas, pues la califican como un impuesto a las personas para subir las recaudaciones.
Monasterio sostuvo que siempre se va en busca de financiamiento debido a la poca sostenibilidad financiera.
En el país, a pesar de que hay un buen número de personas que ya están en edad para ingresar al sector pasivo, no lo hacen debido a la poca renta que percibirán por los años trabajados, en todos los sectores económicos. Por ello, el Gobierno impulsaba la jubilación obligatoria, que fue desechada por el Legislativo.

Insostenible
En principio, desde la creación de la Renta Dignidad, el bono tenía limitaciones en términos de sostenibilidad ya que era un gasto corriente recurrente, recursos que venían de la venta de recursos naturales, como los hidrocarburos, indicó Martínez.
Se paga el bono con recursos que vienen de fuentes naturales no renovables y estos tienden a agotarse, además son dependientes de los precios internacionales; un tema complicado, reflexionó.
Recordó que cuando se aprobó la Renta Dignidad, Bolivia pasaba por una bonanza económica, momento viable para financiar el bono con 30% de los recursos del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH).
A lo largo del tiempo los recursos fueron aumentando, tanto del Fondo como los pagos a los beneficiados; sin embargo, el 2015 sería un año en la caída de la renta petrolera.
Se ha señalado que la principal fuente de financiamiento del Fondo de la Renta Universal de Vejez es el Impuesto Directo a los Hidrocarburos, mismo que está relacionado directamente con la variación del precio internacional del petróleo.
En efecto, el año 2015 se caracterizó por mantener una tendencia a la baja del precio promedio del petróleo, de 93,1 dólares (del 2014) el barril del crudo del WTI (West Texas Intermediate) a 48,7 (en el 2015), representando una caída del 47,7%, señala el documento del Sistema Integral de Pensiones del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas de diciembre de 2015.
Del análisis de la evolución de los ingresos del FRUV, considerando el IDH, se evidencia que durante los años 2013 a 2015, decrecieron de 326,42 millones bolivianos a 189,80 millones, representando una caída del financiamiento del fondo de 42%, agrega el documento.
Hay que tomar en cuenta, que la caída obedece al precio del petróleo en el mercado internacional y no tanto a la baja producción y pérdida de mercado, que complica el financiamiento, y actualmente pasa el sector hidrocarburos.
Economistas estiman que por la pérdida del mercado argentino, Bolivia dejará de percibir alrededor de 700 millones de dólares y Fundación Jubileo señala que Brasil no podrá reemplazar a Argentina; mientras tanto, autoridades de hidrocarburos anunciaron que el alquiler de los gasoductos generará 10 millones de dólares, lejos de las ventas que pasaban los 6.000 millones.
Para Martínez la coyuntura actual que presenta Bolivia con la caída de la producción, ingresos y cierre del mercado para el gas natural, reducen los ingresos para el Fondo, que paga la Renta Dignidad.
Si bien hay otras fuentes de financiamiento, como empresas capitalizadas o nacionalizadas, pero lo fuerte es el 30% del IDH. Con el tiempo creció el monto que se paga a los beneficiarios, pero el fondo fue mermando desde el 2015.

Caída
Una proyección financiera del FRUV muestra que a partir del 2022 ya empezó a bajar el financiamiento, mientras los pagos subieron. En el acumulado del Fondo el pico más alto llegó a 9.868 millones de bolivianos en 2020 y se mantuvo hasta 2022, pero ya en 2023 empezó la caída, se estima que para este 2024 la cifra caiga a 9.522 millones, de acuerdo al documento del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas.
En conclusión, el Estudio Matemático Actuarial estimó que la sostenibilidad del Fondo de la Renta Universal de Vejez “Renta Dignidad” es hasta el año 2035 (20 años), con saldos positivos en el Fondo y cancelando los actuales beneficios, señala el documento.
Asimismo, el informe de los consultores señaló que cualquier modificación de los escenarios planteados, en cuanto al monto del beneficio o la reducción del nivel de ingresos afectarían directamente en la sostenibilidad del beneficio, indica el informe del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas.

Modelo
Por otra parte, Monasterio fue claro en indicar que pensar que se puede vivir de la inversión estatal, ya no va más; en la época de la bonanza no se notaba. “El estado ineficiente, aún más ahora con recursos limitados; con déficit público y empresas deficitarias, la situación se complica”, reflexionó.
El modelo económico rentista en base a la venta de recursos naturales, cuya propiedad es de los bolivianos, ya no es sostenible; para el economista Gonzalo Chávez, la propuesta gubernamental es un muerto que se olvidó caer.
Mencionó que la industrialización no nos llevará a ninguna parte y las inversiones cuantiosas en elefantes blancos sólo provocaron déficit fiscal.

Alternativa
Ante ese escenario complicado, el analista señala que Bolivia requiere un pacto fiscal para ordenar los ingresos y gastos, es decir, bajar algunos gastos y readecuar otros.
Una de las propuestas apunta a pagar el beneficio con recursos recurrentes de impuestos, pero no de fuentes no renovable, ya que es poco sostenible.
Sin embargo, dada la crisis de la economía aplicar nuevas fuentes de financiamiento en este momento es complicado, ante un escenario de déficit fiscal de casi 11%; mientras tanto, tampoco se puede acudir al litio, ante una falta de ley que establezca la distribución de los ingresos.
Además, no se tiene esa renta, aclaró Martínez a tiempo de indicar que no hay ingresos suficientes por el litio.
En una entrevista con Bloomberg en línea, el presidente Luis Arce dijo que apuestan al litio, pues ya tiene avanzado un contrato con la rusa Uranium One Group y que se avanza para cerrar con empresas chinas.

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