Para que una IA generativa pueda crear imágenes, es necesario entrenarla con contenido específico, lo mismo ocurre con aquellas diseñadas para jugar videojuegos o generar vídeos a partir de indicaciones. En este contexto, se ha desarrollado una herramienta llamada Söze, capaz de resolver 81 años de casos delictivos en tan solo 30 horas.
En los últimos años, hemos sido testigos de avances significativos en el ámbito de la inteligencia artificial, especialmente desde la llegada de ChatGPT. Esta tecnología ha pasado de ser un recurso especializado a convertirse en una herramienta utilizada por millones de personas en todo el mundo. Cada día interactuamos más con la IA, aprovechando su capacidad para optimizar diversas tareas y responder a nuestras dudas.
Söze es una inteligencia artificial diseñada para resolver casos complejos que, de otro modo, llevarían años en ser investigados. Aunque la proliferación de contenido generado por IA puede parecer abrumadora, existen aplicaciones valiosas en el ámbito de la investigación. Esta herramienta, desarrollada en Australia por Akkodis, permite analizar y resolver casos en un tiempo récord.
La policía británica está probando Söze con 27 casos complejos que, según estimaciones, un investigador humano tardaría 81 años en resolver. Gracias a la IA, este tiempo se reduce drásticamente a solo 30 horas. La inteligencia artificial analiza toda la documentación y vídeos disponibles, incluso buscando información en redes sociales, para obtener los datos necesarios para identificar a los delincuentes.
Aunque algunos casos pueden parecer imposibles de resolver, Söze encuentra pistas a una velocidad superior a la de un ser humano. Su objetivo no es reemplazar a policías e investigadores, sino servir como una herramienta que facilite la toma de decisiones de manera más rápida y efectiva. Gavin Stephens, presidente del Consejo Nacional de Jefes de Policía, destacó el gran potencial de Söze para ayudar a resolver casos no resueltos.
Un ejemplo relevante es el asesinato de Atek Hussain, apuñalado en 1994 mientras regresaba del trabajo. A pesar de que sobrevivió lo suficiente para informar sobre su atacante, el caso nunca fue resuelto y permaneció cerrado hasta su revisión en agosto pasado.