sábado, octubre 5, 2024
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El Gobierno ama las pérdidas económicas

La actual administración del Estado Plurinacional se empeña en aumentar las pérdidas económicas y trata de crear sistemas para poner límites y acentuar, con el mismo ritmo y velocidad, ese su objetivo, lo cual pareciera contradictorio, pero los hechos confirman ese extremo.
Uno de esos procedimientos, que causa grandes daños a la economía del país, es que los bancos no permitan a sus clientes retirar libremente sus dólares en cantidad mayor a la determinada por el Estado. Es evidente que algunos bancos no permiten que las personas que tienen ahorros en cuentas corrientes, puedan retirar más dólares al día que la cantidad que ha fijado el gobierno. Por otro lado, al parecer autoridades nacionales están preparando nuevas medidas de tipo “socialista”, para aplicarlas a los empobrecidos ciudadanos bolivianos que tienen pequeñas cuentas en moneda nacional.
Semejante medida puede que otorgue algún beneficio al Estado Plurinacional, pero, en lo que se refiere a la población, es de enorme perjuicio, pues el dinero que retiran los ahorristas no les alcanza para atender la necesidad de comprar productos básicos, los que con frecuencia suben de precio en este tiempo, particularmente por la escasez de dólares. Por ello muchos ciudadanos no pueden alimentarse bien ni cumplir con sus obligaciones económicas diarias. Es más, esa medida restrictiva, que ya tiene casi dos años de vigencia para quienes solicitan la divisa norteamericana, está paralizando la economía nacional.
De ahí se observa que, mientras, por un lado, el gobierno dice hacer algunos ahorros y disponer de dólares, por otro, frena el movimiento financiero del país. Es decir que actúa contra las reglas del juego, poniendo freno al desarrollo nacional y a sus mismos programas económicos, como el de una supuesta industrialización que, en ciernes, no hace vislumbrar éxitos a corto plazo.
En otro aspecto, esa política económica también perjudica a los mismos bancos, pues los clientes ya no recurren como antes a sus servicios, porque disponen libremente de dinero ajeno. Además, la organización bancaria al parecer acepta esa especie de “corralito”, que ya causó grandes pérdidas y descalabros a la economía nacional, como ocurrió en algunos países vecinos. Y ahora no se puede decir ya no existen, económicamente hablando.
Por ello el perjuicio es general, para el Estado Plurinacional, los bancos, los que tienen ahorros en ellos, las empresas y los consumidores. Así la cuestión se convierte en una espiral que va contra toda lógica. Parece que le encanta al gobierno tener pérdidas económicas. Algo grave se agrega a ese estado anormal de cosas, que las organizaciones de banqueros no rechazan ese procedimiento “socialista” que llevó a la catástrofe a países cuyos nombres no queremos recordar, porque es como si ya no existieran. Ni qué decir de las pérdidas que ocasionan decenas de empresas estatales, por ser, en muchos casos, deficitarias y mal administradas.

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