Bolivia es un país rico en cultura, historia y biodiversidad, lo que permite que sea un destino turístico atractivo. Por eso, un trabajo coordinado entre los sectores público y privado del país podría permitir que, en los próximos años, el país tenga un ingreso anual de unos 3.000 millones de dólares, generados por el turismo.
Las estadísticas oficiales muestran que en 2019 el turismo interno movió 1,5 millones de personas y los visitantes extranjeros llegaron a 566 mil personas. Se destaca que, durante esa gestión, el turismo fue el cuarto mayor generador de divisas del país, superando a la soya y creando alrededor de 400 mil empleos.
En 2020 el turismo nacional se redujo a 498 mil personas y el internacional bajó hasta 132 mil personas. Al año siguiente, empezó la lenta recuperación de turismo nacional, que llegó a los 764.000, pero la llegada de turistas extranjeros seguía a la baja, llegando solo a 90 mil personas.
En 2022 llegaron 667.634 visitantes, y el año pasado 1.009.247 turistas extranjeros, casi un 50% mayor que el año anterior.
El país, reiteramos, tiene gran riqueza turística. Ahí están el lago Titicaca, Tiwanaku, el Salar de Uyuni, el Madidi y las Misiones Jesuíticas, entre otros. Pero, además, tenemos destinos emergentes o alternativos, como los valles cochabambinos, la ciudadela de Iskanwaya, museos vivientes en Chuquisaca como Tarabuco, Luribay en La Paz, las Lomas de Arena en Sana Cruz o la isla Pariti en el lago Titicaca.
Según datos del INE, publicados el mes pasado, el 44% de los gastos de los turistas que llegan al país se destina al consumo de alimentos, bebidas y hospedaje.
La estructura del gasto por turismo receptivo en la gestión 2023 estima que el 27,0% correspondió a gastos en alimentos y bebidas, 17,0% al alojamiento, el 16,0% a transporte interno, el 10,7% a la adquisición de vestimenta, el 10,3% a esparcimiento, el 9,0% a artesanías, el 6,0% a otros gastos en servicios y el 4,0% a otras compras en bienes, demostrando que estos ingresos se distribuyen en casi todos los estratos de la población boliviana.
Pero, ¿qué no nos permite convertirnos en un selecto destino turístico en esta parte del mundo?
José Villagra, director de la carrera de Administración en Hotelería y Turismo de la Universidad Franz Tamayo (Unifranz) señaló que “los principales desafíos para el turismo en Bolivia incluyen varios aspectos que afectan su desarrollo y potencial de crecimiento: poca información, malos caminos, dificultades a la hora de hacer conexiones, todos estos factores afectan no sólo a los destinos grandes, sino, incluso más a los destinos emergentes”.
Hace algunos días, la Mesa Ejecutiva de Turismo (MET), conformada por 15 empresas y asociaciones del sector, ha presentado una propuesta de 11 puntos para impulsar la reactivación económica y proteger la biodiversidad ante la crisis social y ambiental existente en nuestro país. Entre esos objetivos, se destaca la colaboración entre los sectores público, privado y académico, así como la facilitación de visas y ampliación del tiempo de estadía. También es importante priorizar la promoción de una marca país celebrando el Bicentenario de Bolivia e incentivos financieros al sector turístico, garantizando seguridad jurídica y la libertad empresarial.
Por otra parte, el viceministro de Turismo, Hiver Flores busca alternativas para promocionar a Bolivia en el mercado internacional, incluyendo regiones como Asia, Norteamérica, Europa, así como buscar oportunidades y estratégicas al ser miembros del Mercosur. El viceministro comunicó que es necesario centrarse en la seguridad turística, para que la estancia y comodidad de viajeros en Bolivia sea óptima, evitando peligros y percances.
Es evidente que tanto el sector privado como el sector público buscan opciones para dinamizar el turismo, promoviendo la economía naranja, como diversificación de la matriz económica de Bolivia. En ese sentido, es importante considerar las fortalezas de ese sector para que ambos sectores puedan establecer una sinergia que permita que Bolivia ofrezca una experiencia diversa y rica para los viajeros que buscan aventura, cultura y naturaleza.
El autor es Economista, Académico de Número de la ABCE y Presidente de la Federación de Empresarios Privados de La Paz (FEPLP).