Según agencia de noticias, António Guterres, al inaugurar hace poco la 79° Asamblea General de la ONU, dijo que “la situación en la que se encuentra el mundo es insostenible”, criticando las guerras que se están desarrollando en el mundo, como en Ucrania y Gaza. La máxima autoridad del ente mundial también se refirió a la crisis climática, la impunidad en la violación a derechos humanos, al margen de cuestionar la desigualdad social, la discriminación y los abusos de género. Agradeció al organismo global de 193 miembros por aprobar el pacto y abrir la puerta a que los países unan fuerzas para enfrentar desafíos como el cambio climático y la inteligencia artificial, fuera de los conflictos en alza, al igual que la creciente desigualdad y pobreza, para así mejorar las vidas de los más de 8.000 millones de personas del planeta.
“Estamos aquí para recuperar al multilateralismo del borde del precipicio. Ahora nuestro destino común es avanzar en ello. Eso requiere no sólo acuerdo, sino acciones”, dijo. Quienes asistieron a la reunión anual de la ONU se enfrentaron a un reto: “el de trabajar juntos, no sólo en las cuestiones candentes, sino en la modernización de las instituciones internacionales nacidas tras la Segunda Guerra Mundial para que puedan hacer frente a las amenazas y los problemas del futuro”, según esos reportes de prensa. En su discurso Guterres afirmó que la creciente impunidad de algunos gobiernos y la falta de consecuencias ante violaciones a la Carta de las Naciones Unidas representan una amenaza significativa para la estabilidad global, “invadir otro país, devastar sociedades enteras o ignorar olímpicamente el bienestar de su propia población”.
Asimismo, denunció la represión y la discriminación que sufren las mujeres en todo el mundo, destacando que, como ejemplo patético, “menos del 10% de los oradores del Debate General de la semana son mujeres; parece que cada día nos enfrentamos a espantosos casos de feminicidio, violencia de género y violación en grupo, tanto en tiempos de paz como en forma de arma de guerra, y en algunos países las leyes se utilizan para amenazar la salud y los derechos reproductivos”. Sostuvo que un 1% de habitantes del mundo poseen el 43% de los activos financieros del orbe y, sin embargo, en muchos países los gobiernos dan regalos fiscales a grandes empresas y a los ‘ultrarricos”.
Guterres trató de ser muy claro al enfocar las desigualdades e inequidad que conmueven al mundo, lo que indudablemente quedará entre las paredes de la ONU, ya que al parecer la opinión pública internacional estaría aletargada y, en consecuencia, ocurren actos violentos de distintos gobiernos contra sus propios pueblos, mientras que la justicia se ve sometida a designios político-partidistas, lo que deja en indefensión a las sociedades de esas naciones. Otrora, la sola censura o condena por parte de esa opinión pública mundial ante hechos injustos y abusivos de gobernantes encauzaba y derivaba hasta en renuncias de esos mandamases de turno que incurrían en abusos y violaciones a sus cartas magnas. Hoy no ocurre lo mismo, y contrariamente los autócratas, tiranos, dictadores, opresores y toda clase de violadores de sus constituciones –dicen en tono jocoso– tienen cuero de anta, ya que “no les entra ni la bala ni la censura”. De ahí que muchos países viven en vilo y creen que, al paso que vamos, el problema no lo resuelve ni la ONU.
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