viernes, noviembre 22, 2024
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A seis años de la derrota en La Haya

Apelar a una nula voluntad de negociación chilena fue un error

> El centro de la demanda boliviana ante La Haya fue exponer la obligación de Chile para negociar “de buena fe” un acuerdo que otorgue a Bolivia un acceso soberano al Océano Pacífico, sin tomar en cuenta la “variable nula de negociación” del Estado chileno.

Al cumplirse seis años de la derrota diplomática boliviana en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, el abogado y economista Víctor Hugo Chávez afirmó que el principal defecto de la estrategia nacional, en ese entonces, fue buscar algún tipo de negociación con el estado chileno e insistió en su propuesta para llevar al “usurpador” ante la Corte Permanente de Arbitraje, exigiendo respeto y cumplimiento al texto del Tratado de 1904.
“Chile no puede negociar y eso hay que tenerlo claro para entrar a una siguiente etapa, sigan perdiendo el tiempo quienes piensan que Chile va a negociar”, sostuvo Chávez durante su participación en un evento organizado para hacer una evaluación a seis años del fallo de la CIJ y analizar las perspectivas para una nueva demanda internacional en este tema.
En la exposición organizada por estudiantes de último año de la carrera de Ciencia Política y Gestión Pública de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), Chávez recordó que el centro de la demanda boliviana ante La Haya fue exponer la obligación de Chile para negociar “de buena fe” un acuerdo que otorgue a Bolivia un acceso soberano al Océano Pacífico, sin tomar en cuenta la “variable nula de negociación” del Estado chileno.
Uno de los argumentos centrales de la demanda boliviana, hacía referencia a las gestiones diplomáticas y un intercambio de intenciones, en junio de 1950, para el inicio de negociaciones con miras a otorgar a Bolivia un acceso soberano al Océano Pacífico. Notas que posteriormente, en febrero de 1962, fueron retiradas por el Gobierno chileno de la embajada boliviana en Santiago.
Este dato, desconocido por el equipo jurídico boliviano que acudió a la Corte Internacional de Justicia, fue una de las partes centrales de los argumentos expresados por este tribunal para no dar curso a la demanda boliviana. “Desde el primer día que revisé la demanda sabía que íbamos a perder”, dijo Chávez.
El 1 de octubre de 2018, el fallo de la CIJ concluyó en que dicha Corte se declare incapaz de concluir, en base al material presentado ante ella, que “Chile tenga la obligación de negociar con Bolivia para alcanzar un acuerdo que otorgue a Bolivia un acceso plenamente soberano al Océano Pacífico”, concluyendo en que la República de Chile nunca asumió una obligación jurídica de negociar un acceso soberano al Océano Pacífico en favor del Estado Plurinacional de Bolivia.
En criterio del destacado jurista y docente universitario, fueron sobre todo, criterios políticos los que perjudicaron la demanda marítima boliviana y volvieron a postergar la reivindicación del pueblo boliviano por contar con una salida soberana al mar.
En esta coyuntura, Chávez reiteró que cualquier acercamiento en el que se busque resolver la mediterraneidad del país a través de una negociación con Chile, está condenado al fracaso, dejando como única salida el recurrir a mecanismos judiciales para este fin.
“Está descartada la posibilidad de la negociación y la mediación, ya que Chile tiene la variable nula de la negociación o la mediación. Chile no puede negociar por su mandato constitucional”, afirmó.
La propuesta de Chávez tiene que ver con iniciar en instancias de la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya, una demanda arbitral contra Chile por el incumplimiento del Tratado de 1904, usando a favor del país la postura rígida y reiterada del gobierno chileno por el respeto a este “acuerdo”.
En esta demanda, se debe plantear la retoma del control sobre todos los territorios que nunca fueron cedidos por Bolivia.
Según su explicación, existen varios puntos del Tratado de 1904 que no fueron cumplidos, además de grandes extensiones de terreno que nunca fueron cedidos por Bolivia a favor del vecino país, por lo que es de suma importancia iniciar este proceso, sumando al país a la exigencia chilena de respetar y cumplir al pie de la letra el Tratado en el que se escuda.
En anteriores declaraciones a EL DIARIO, Chávez había señalado que se trata de demandar ante esta Corte, las islas, los islotes, territorio y mar territorial no cedido por Bolivia entre el paralelo 24 y 23. “Eso debimos haber manejado desde un inicio”.
Agregó que existen estudios en los que se señala que el territorio “no cedido” se extiende, además, hasta el paralelo 22.54, haciendo un total de 122 kilómetros de costa que Chile mantiene bajo su dominio sin que Bolivia haya cedido los derechos sobre ese territorio, esto según el Tratado de 1874, que nunca fue abrogado.
“En ejecución y cumplimiento del Tratado de 20 de octubre de 1904 denominado de Paz y Amistad la República de Chile reivindique a favor del Estado Plurinacional de Bolivia el territorio comprendido entre los Paralelos 24° a 23° de latitud sur, desde el mar hasta la cordillera de los Andes, en el divortia aquarum, así como el mar territorial adjunto a dicho territorio, plataforma continental, zona económica exclusiva e islas e islotes ubicados en el espacio geográfico mencionado siendo estas: Isla Guzmán, Guamán o Guanosa: Latitud: 23.55 Longitud: 70.416; Isla Lobos: Latitud: 23.533 Longitud: 70.616; Isla Santa María Latitud: 23.433 Longitud: 70.616; Islote Águila: Latitud: 23.916 Longitud: 70.516; Islote Angamos: Latitud: 23.016 Longitud: 70.533; Islote Lagartos: Latitud: 23.366 Longitud: 70.6, por no estar cedidos estos territorios y derechos por Bolivia a favor de Chile en el Tratado de 1904”, plantearía la petición.
La postura chilena tras el fallo de la CIJ de 2018, sostiene que el tema de la reivindicación marítima boliviana fue cerrado por dicha determinación, insistiendo en que el Tratado de 1904 está plenamente vigente y debe respetarse.
El Tratado en cuestión, en su artículo segundo, establece que “la línea demarcatoria comienza en el Hito #1 Cerro Zapaleri (paralelo 23) y la línea va hacia el norte hasta el punto tripartito (Bolivia, Chile, Perú) al norte de Charaña”, por lo que es plenamente posible reclamar la reivindicación de los territorios “no cedidos”, contenidos en el Tratado de 1874 (paralelo 24 al 23).
Asimismo, se cuenta con el acta protocolizada de la conferencia del 15 de noviembre de 1904, cuando el canciller boliviano en Chile, Alberto Gutiérrez, señaló que “Bolivia no tendría ningún inconveniente” en ceder el dominio de los territorios entre los paralelos 24 y 23, en favor de Chile, COMPROMISO QUE NUNCA LLEGÓ A MATERIALIZARSE con la modificación del tratado.
“¿Con qué documentos Chile ocupa los territorios de Mejillones y Antofagasta? No los tiene y se puede reclamar ello”, expresó.
Es bajo estos argumentos que Chávez plantea dejar de buscar una “inhabilitación” al Tratado de 1904 o forzar una negociación que nunca llegará, sino asumir una postura firme para demandar el pleno cumplimiento del “acuerdo” con el que Chile constantemente se cierra a cualquier tipo de diálogo sobre el tema.

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