Molienda de dólares e industrialización

Con visible alegría, la empresa estatal Emapa ha anunciado la importación de 60 mil toneladas de trigo que irán a industrias molineras nacionales, de tal forma de cubrir la falta de derivados de ese grano que ya no se produce en el país, como resultado de la política agraria estrenada hace algunos años por el gobierno de Evo Morales.
Esa importación estará destinada a evitar el hambre del pueblo y Emapa venderá harina barata que adquirió con precios elevados, aunque no ha informado de dónde compró y cuánto costado esa cuantiosa importación. Se supone que podría ser de Argentina, con un precio de alrededor de 200 dólares la tonelada, es decir que el total adquirido sería de 10 a l2 millones de dólares, cuando en el país ya no se conoce esa moneda.
Lo notable de ese negocio es que fue adquirido trigo en grano, que deberá ser molido por empresas nacionales que existen en el país, ya que el Estado no tiene industria propia para esa labor. En esa forma, se verá necesariamente obligado a solicitar sus servicios, ya que decenas de molinos de piedra dejaron de funcionar por la competencia de las grandes molineras y las importaciones de grano, así como por la falta de agua.
Sin embargo, resulta todavía más ostensible que esa empresa, dependiente del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, en realidad lo que está haciendo es moler dólares y así ha aumentado la cantidad de empresas estatales que se han convertido en molineras de divisas. A la par, esa industria será parte importante de la anunciada “industrialización” del país.
En general, se trata de un nuevo “éxito” de la política agraria que ha sido incorporada a la Constitución Política y diversas disposiciones legales desde el año 2006 y a su famosa Ley INRA, perfeccionada con la Ley 3.545 de “Reconducción comunitaria de la Reforma Agraria”, cuyo único resultado ha sido que aumente la producción de coca y convertir a Bolivia en uno de los principales industrializadores de cocaína. Si en el pasado desde nuestro país se exportaba unos pocos kilos al año, ha pasado ahora a exportar toneladas de esa droga por semana, según incautaciones que son reveladas por medios de comunicación nacionales y del exterior.
La molienda de divisas que se está inaugurando promete ampliarse para importar e industrializar otros alimentos que ya no son producidos en el país. Por ejemplo, se ha dejado de cultivar alimentos en yungas, para producir coca, que sería más rentable. De esta manera, el contrabando seguirá abasteciendo de productos alimenticios a la mayoría de la población boliviana, lo que favorece a países vecinos y perjudica a la agricultura nacional, carente de suficiente apoyo, especialmente la del occidente.