A pesar de la bonanza económica que registró Bolivia entre 2006 y 2014, el país no dejó de depender de la venta de materias primas al mercado exterior, el porcentaje se mantiene, tradicionales más del 70% y el resto a productos no tradicionales.
De acuerdo a datos oficiales, las ventas de “productos no tradicionales” no superaban los 2.000 millones de dólares entre 2007 y 2011, pero entre 2012 y 2014 logró pasar esta cifra; sin embargo, a partir de 2015 hasta 2020 nuevamente volvió a caer.
Desde 2021 hasta 2023, la cifra alcanzó a 3.000 millones de dólares, esta situación obedece a que cayeron las exportaciones de gas natural a mercados de Brasil y Argentina.
Las ventas de productos tradicionales, como gas y minerales oscilaron entre 5.000 millones y 9.000 millones de dólares, debido a la cotización de los precios internacionales de las materias primas.
Seminario
El jueves se realizó el Seminario “Amazonía Boliviana: Entre deuda, la crisis climática y el extractivismo”, en donde el analista económico de la Fundación Jubileo presentó la exposición: deuda externa y Extractivismo en Bolivia.
También participó Cristian Flores Mamani, de la plataforma Boliviana frente al Cambio Climático, con el tema: Crisis Climática y Extractivismo en Bolivia; Omar Salinas de la Universidad Católica Boliviana “San Pablo”, expuso el tema Cátedra Nazaria Ignacia: Querida Amazonía.
Documento
Existe una gran necesidad de divisas para diferentes fines como es la importación de mercaderías que no producimos y el pago de la deuda. En principio, las divisas tendrían que venir de las exportaciones, señala el documento presentado por Martínez.
Asimismo, sostiene que el extractivismo tiene como motivo principal la necesidad de generar divisas (a través de las exportaciones) y/o de generar ingresos privados como en el caso de la actividad minera (y agropecuaria).
Señala que “existe una dependencia histórica de países como Bolivia en modelos extractivistas y que lamentablemente no se ha podido superar, más por el contrario, se ha ido profundizando”, apunta.
Bolivia tuvo ingresos extraordinarios por la venta de gas natural hasta el 2014, por el aumento de la oferta y el alto precio del petróleo en el mercado internacional, pero a partir de 2015 los ingresos cayeron, así como la producción del energético.
Con relación al Cambio Climático, este habría sido y es generado, por diferentes actividades y acciones del hombre, principalmente por los países industrializados, sin embargo, en cierta medida, el extractivismo de nuestros países, también afecta al medioambiente, al clima y a grupos de la población que habitan en esas zonas, señala el documento de la presentación.
“No es posible, desde las acciones que pueda adoptar nuestro país, detener el Cambio Climático. Sin embargo, será muy importante realizar acciones principalmente de adaptación. Para esto se necesitan recursos que alcanzan cifras millonarias”, menciona.
Afrontar el Cambio Climático demanda recursos tanto para invertir en proyectos de mitigación y adaptación, como para cubrir daños y pérdidas económicas derivadas de eventos climáticos extremos, así como procesos de recuperación. Considerando que nuestros países no cuentan con recursos suficientes, esto podría incrementar el endeudamiento externo, que ya es bastante elevado, alerta.
El endeudamiento es resultado, principalmente, del déficit fiscal (más gastos que ingresos), pero en el caso de la deuda externa también podría ser por la necesidad de divisas, puesto que, el requerimiento de divisas, tiende a ser mayor a lo que se genera a través de las exportaciones.
“Es así que existe una interrelación y afectación entre los tres elementos examinados, Deuda, Clima y Extractivismo, que lamentablemente tiene al centro de los impactos a la población vulnerable”, indica.
Por eso, sugiere que es necesario implementar políticas para diversificar la economía nacional y darle mayor valor agregado a la producción, para dejar de depender de sectores extractivos y de recursos de endeudamiento; generar divisas a partir de exportación más diversificada y reducir la necesidad de comprar bienes del exterior.