En un mundo donde las pantallas demandan nuestra atención y las fechas de entrega dictan nuestros días, es fácil pasar por alto las maravillas de la naturaleza. Nos encontramos atrapados en una búsqueda incesante de gratificación instantánea, y a menudo pasamos por alto la belleza sutil y la sabiduría que nos rodea. Sin embargo, a veces surge una maravilla literaria —una historia que trasciende las páginas con profundas revelaciones sobre la belleza inexplorada de la naturaleza, conexiones que esperan ser descubiertas y lecciones aún por aprender. Robot Salvaje es una historia de ese tipo —un cuento concebido inicialmente para lectores jóvenes, pero rápidamente reconocido por sus verdades universales. “Robot Salvaje es un libro único en su generación”, señala MARGIE COHN, la Presidenta de DreamWorks Animation.
El best seller Robot Salvaje de Peter Brown, número uno de la lista de ventas del New York Times, relata la historia de la unidad ROZZUM 7134, “Roz” para abreviar; un robot abandonada en una isla deshabitada. El viaje de Roz no es sólo uno de supervivencia, sino de autodescubrimiento y de conexiones inesperadas con la fauna de la isla, incluido un gansito huérfano al que cría como si fuera suyo. Más allá de la trama, la novela entrelaza lecciones invaluables, enfatizando la importancia y el valor de la bondad en la adversidad, la resistencia necesaria para la adaptación, las complejidades de la paternidad, la navegación emocional de la pérdida y el perpetuo discurso entre naturaleza y tecnología. Robot Salvaje celebra las diversas estructuras familiares, subraya la belleza de la aceptación y la pertenencia y ofrece una conmovedora reflexión sobre lo que significa estar vivo.
El viaje de Brown con Robot Salvaje empezó a través de su investigación sobre robótica, inteligencia artificial y el comportamiento animal. “Mientras investigaba estos temas me di cuenta de que los instintos animales se parecen mucho a los programas de las computadoras”, explica Brown.
El impacto de Robot Salvaje se ha consolidado como un elemento básico en los planes de estudio de las aulas, al mismo tiempo que resuena entre los padres y genera debates más allá de su público objetivo. El guionista y director Chris Sanders, tres veces nominado al Óscar® por su trabajo en las cintas de DreamWorks Animation How to Train Your Dragon y The Croods, encontró la novela a través de una tarea escolar de su hija. Sanders quedó cautivado ante la profundidad y los matices del libro e inmediatamente imaginó el potencial cinematográfico de la historia.
Años después, durante una reunión en DreamWorks Animation, Sanders redescubrió Robot Salvaje en la lista de proyectos en desarrollo del estudio. “No podía creer lo que veía”, dice Sanders. “De inmediato la elegí como la siguiente película que quería escribir y dirigir. El tono se acoplaba perfectamente con mi sensibilidad”. Sanders lo comentó con la Presidenta de DreamWorks Animation, Margie Cohn.
Permitir que cualquier estudio cinematográfico haga una película de tu creación es, en última instancia, un acto de fe para cualquier autor, pero los propios antecedentes de Brown aliviaron parte de la ansiedad que la mayoría de los autores pueden sentir ante esa decisión. Antes de escribir e ilustrar libros infantiles, Brown sentía pasión por la animación. Su viaje inició en un campamento de animación cuando era niño, continuó durante sus estudios universitarios, donde estudió y se desempeñó en varios puestos de animación en estudios de animación antes de encontrar su verdadera vocación de crear literatura infantil. “Cuando supe que DreamWorks quería hacer una película basada en Robot Salvaje se sintió como si mi vida estuviera cerrando el círculo”, dice Brown.
DreamWorks Animation, que va camino de su 30 aniversario en otoño de 2024, continúa alcanzando nuevos niveles de excelencia artística. “Siempre buscamos historias que enciendan los corazones y las mentes del público de todo el mundo, y ninguna historia representa mejor esa misión que Robot Salvaje”, afirma Cohn.
Sanders fijó objetivos ambiciosos para la película con la intención de superar los límites de la expresión narrativa y artística. Lograr esta visión requería la colaboración de un productor experimentado, y Jeff Hermann, quien ha trabajado en varias películas de DreamWorks Animation entre las que se encuentran The Boss Baby: Family Business y la serie de películas de Kung Fu Panda, era una elección natural. Hermann también reconoció la oportunidad de abrir nuevos caminos con la película. “Desde el principio supimos que esta historia era excepcional”, dice Hermann.
Al trasladar el libro a la gran pantalla los cineastas trataron de adaptar y perfeccionar la narración, respetando al mismo tiempo los elementos entrañables que resonaron entre los lectores. Sus objetivos eran claros: celebrar las cualidades audaces y distintivas de la historia; ampliar los límites visuales del aspecto y el estilo; y destacar las intrincadas emociones y temas que se entretejen a lo largo de la narración.
En Robot Salvaje, Roz se siente inadaptada para vivir en la naturaleza, ya que ha sido programada para vivir en una ciudad moderna y futurista. Sin ser consciente de su situación, Roz persigue con diligencia su objetivo principal: encontrar a una persona con una tarea que ella pueda cumplir. En lugar de encontrarse con humanos se topa con animales, un reino totalmente desconocido para ella. Sin inmutarse, Roz se sumerge en el estudio de su comportamiento y acaba aprendiendo a relacionarse y comunicarse con ellos.
Los cineastas reconocieron que el potencial de la historia era perfecto para la animación, especialmente dado que todos sus personajes no eran humanos. “Una de las alegrías inesperadas de la creación de esta película fue interpretar a los animales de manera auténtica”, anota Sanders.
El viaje de Roz llega a un momento crucial cuando descubre un huevo suelto del que termina naciendo un ganso bebé, que rápidamente genera un fuerte vínculo con ella. Esto marca el principio de la nueva tarea de Roz: alimentar y criar a este gansito. A través de esta experiencia Roz obtiene una profunda visión de la vida, del amor, y del inevitable dolor de la pérdida. “Lo conmovedor de esta parte de la historia es la angustia inherente a la crianza de este gansito, una realidad que Roz aún no ha comprendido del todo”, comenta Sanders.
