domingo, octubre 13, 2024
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Tareas para mejorar imagen crediticia del país

Reducir gastos y cerrar empresas deficitarias

> Un préstamo de 3.000 millones de dólares requerirá Bolivia si desea aplicar modificaciones a su política económica.

La calificación de Standard & Poor’s de triple C con tendencia negativa para Bolivia, expresa el riesgo de no pago de sus obligaciones financieras, aunque el Gobierno rechazó la misma, pero también se suma el riesgo país que subió a más de 2.300 puntos de JP Morgan, que frena la llegada de inversión privada. La reducción del gasto público, el cierre de empresas públicas deficitarias y cerrar ministerios son tareas que debe cumplir la actual administración, de lo contrario la crisis económica se agudizará y hay riesgo de estanflación.
Varios economistas coinciden, por separado, que el modelo económico extractivista, rentista, caducó desde la caída de los ingresos por la venta del gas, a partir de 2015, debido a la reducción de la producción por la declinación de los campos hidrocarburíferos.
El analista económico Gonzalo Chávez expresa que el modelo económico extractivista rentista es un muerto que se olvidó de caer. Recomienda a las autoridades a sincerarse con la población y mostrar los datos macroeconómicos y empezar a tomar acciones, como reducir el gasto público, paralelamente funcionarios públicos.
Entretanto, el analista económico Darío Monasterio indica que la falta de institucionalidad provoca que las entidades del Estado no cumplan su rol; la reducción del Estado es una necesidad.
Mercado
Chávez se refiere a la crisis del sector externo, pues se mantiene el déficit comercial, es decir, Bolivia registra más importaciones que exportaciones, lo que ha provocado una crisis fiscal que puede generar una cambiaria.
Al parecer ya llegó, esa apreciación, pues la devaluación de facto del boliviano ya es un hecho. En el mercado paralelo la divisa estadounidense se cotiza en más de 10 bolivianos, porque encontrar dólares al tipo de cambio oficial se hace difícil.
El analista económico señala que las medidas políticas económicas a asumir deberán calmar las expectativas de la gente, ya que la solución requiere de medidas estructurales que tomarán su tiempo.
Sugiere implementar políticas fiscales para reducir el gasto público en 2,5% con respecto al Producto Interno Bruto (PIB) y 3% para el 2025, además de poner límites a los gastos fiscales y retiro parcial del subsidio a los hidrocarburos.
El economista José Luis Evia escribió, en su cuenta de X, que “la causa de la inflación es la emisión monetaria, consecuencia del muy elevado déficit fiscal. Cualquier medida que no reduzca el déficit será inútil”.
Subsidio
Como se recordará, el Gobierno puso en el mercado nacional gasolinas Premium, cuya acción fue calificada como un “gasolinazo encubierto” y cuyo precio varía de acuerdo a los precios internacionales del petróleo.
Para el analista del sector hidrocarburos de la Fundación Jubileo, Raúl Velásquez, tomará tiempo, sin duda, pero los bolivianos tenemos que re acostumbrarnos a que en la vida real los precios fluctúan, no podemos tener un precio fijo (peor si es subsidiado) para la gasolina o para el dólar por toda la eternidad. Yo desterraría el término “gasolinazo”.
Chávez también plantea un incremento de impuesto al sector cooperativista minero (en especial de oro), cocalero y a los grandes gremialistas.
Apoya la libre importación de diésel y gasolina, sugiere el cierre de empresas públicas deficitarias, así como la adopción de una política monetaria contractiva, prohibir que el Banco Central de Bolivia (BCB) financie al Tesoro General y el restablecimiento de la fluctuación del dólar bajo supervisión del ente emisor, es decir el retorno del Bolsín.
Pero para que las sugerencias sean efectivas, el país requiere un crédito puente de al menos 3.000 millones de dólares; también un acuerdo político, necesario para implementar ajustes económicos.
Las sugerencias provocarán un aterrizaje forzoso pero controlado, según Chávez.
Inflación
Por otra parte, el aceleramiento de la inflación en el mercado nacional reduce el poder de compra de las familias, y el Gobierno argumenta que se debe a la inflación importada, al cambio climático y a la especulación.
Para evitar el aumento de los precios importados y nacionales, el Gobierno aprobó dos decretos, uno reduce a cero el arancel de productos importados de aseo personal y otro para controlar la salida de alimentos bolivianos a mercados vecinos, al cual denominan contrabando a la inversa.
Con respecto a la militarización de las fronteras, Chávez explica que los productores prefieren vender afuera para recibir dólares u otra moneda fuerte para comprar sus insumos, que subieron por la escasez de la divisa estadounidense.
Con respecto a la inflación importada, el analista señala que este indicador en mercados vecinos no está alto.
“No hay tal inflación importada en Bolivia. Es solamente un mito o una pésima interpretación teórico monetaria típicamente keynesiana sobre el problema. El único responsable de la pérdida del poder adquisitivo y consecuente subida de precios es el BCB”, señala el consultor financiero Mauricio Ríos García en su cuenta @riosmauricio.
Mientras el analista financiero Jaime Dunn señala, en sus redes sociales, que frenar la especulación controlando la salida de productos, no es gratis, se paga, y esto es exportación para traer dólares.
La demanda interna no cubre las expectativas de los productores por las políticas de Estado, porque al empresario se le hace difícil producir más y más aún cuando no accede a biotecnología, cuya solicitud data de muchos años.
Los cupos de exportación y el control de precios desincentiva la inversión y nadie quiere traer capitales, debido a la ausencia de seguridad jurídica.
Dunn señala que los productos bolivianos son más baratos por el tipo de cambio en el mercado paralelo, pero los importados se han vuelto más caros, debido a la devaluación de la moneda nacional.
“Nuestra moneda perdió valor”, sostuvo.
Dato oficial
La inflación acumulada a septiembre alcanzó a 5,53% superior a lo que fijó el Gobierno a principios de año, de 3,6%, y los analistas económicos proyectan que la cifra se triplicará.
El año 2013, al mes de septiembre, tuvimos una inflación de 1,36%, en el año de la pandemia (2020), fue de -1%. Solo en el año 2018, fue de 0,80%, describió el presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija, Fernando Romero.
En un escenario conservador, cerramos el 2024 con una inflación de entre 7 a 9%. Eso es entre 2 a 3 veces más de lo proyectado por el Gobierno, que no ha revisado sus proyecciones porque 500 funcionarios en el BCB y otro tanto en el Ministerio de Economía no alcanzan para entender el desastre que están armando Arce, Montenegro y el resto de la tropa, escribió el exdirector del BCB, Gabriel Espinoza en su cuenta de @g_espinoza.
También indicó que “el país se incendia, los precios se disparan, las colas para comprar combustibles son un problema del día a día, el empleo se deteriora, ni hablar de la falta de dólares, etc., los líderes del MAS (los irresponsables que han gobernado Bolivia desde hace casi 20 años) (están) de calentura en calentura, de delito en delito, de abuso en abuso”.
Crecimiento
Por otra parte, mientras el Gobierno insiste en que alcanzará la meta de crecimiento proyectada para la presente gestión de 3,71%, la semana pasada el Banco Mundial ratificó la cifra estimada para Bolivia, de 1,4%.
Bolivia crecerá este 2024 en un 1,4%, reconfirmando la primera proyección hecha este año. Las proyecciones de crecimiento económico para el 2024 y 2025 son de 1,5% respectivamente, lo cual indicaría un posible estancamiento en el dinamismo de su PIB real, según Romero.
“Esto ubica a nuestro país, en el 3er puesto de menor crecimiento económico de toda Latinoamérica y el Caribe, después de Ecuador (0,3%) y Jamaica (0,8%). Se recalca que las únicas economías de la región que se estima que decrezcan, según el Banco Mundial este 2024, son Haití (-4,2%) y Argentina (-3,5%), cuyas naciones están azotadas por una crisis económica, con un costo social muy elevado, la pobreza”, detalla.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) estimaron que Bolivia para este 2024 tendría un crecimiento económico de 1,7% y 1,6% respectivamente, agrega.
Con la actual crisis fiscal, como causa principal, y con sus secuelas a nivel de un comercio exterior deteriorado, reservas internacionales al límite, desequilibrio en el mercado de divisas y una deuda externa creciente para seguir financiado el gasto público, ha dado lugar a una coyuntura donde el desabastecimiento de carburantes, escasez de dólares y mayor inflación, es pan de cada día, explica.
“Esas condiciones, sumado a la crisis política e institucional, ingobernabilidad, poca sinergia con el sector privado, desastres naturales y ambientales, en un contexto externo adverso y con mucha incertidumbre, limitarán en demasía nuestro crecimiento económico para este 2024, con riesgos de default, crisis de balanza de pagos y devaluación sino se toman medidas estructurales para reajustar estos desequilibrios a corto plazo”, alerta.
¿Estamos a pocos pasos de una estanflación?, pregunta.

Datos

Riesgo país de Bolivia, a septiembre, llega a 2.328 puntos, de acuerdo al último informe de EMBI (Emerging Market Bond Index), elaborado por JP Morgan. Que posiciona al país como la economía de mayor riesgo para la inversión extranjera después de Venezuela en todo el continente americano.
S&P Global Ratings confirmó calificaciones de “CCC+/C” de Bolivia; la perspectiva se mantiene negativa, mientras el Ministerio de Economía asegura que prioriza el pago de la deuda externa y rechaza la evaluación pesimista de la calificadora Standard & Poor’s.

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