Parte II
Esta empresa desde sus inicios siempre estuvo en el ojo de la tormenta, funcionarios investigados por el delito de legitimación de ganancias ilícitas, caso maíz subvencionado en nombre de granjas agrícolas que no existían, ex funcionarios que continuaban recibiendo un salario de 14.000 Bs, a pesar de no desempeñar alguna función en EMAPA desde hace un año. En fin, por muchas irregularidades más, esta empresa estatal se convirtió en una revendedora de abarrotes y gastando sin medida el poco dinero del país.
Pero, ¿por qué el Estado es un mal empresario? Porque el Estado a través del gobierno utiliza el dinero del contribuyente, tiene en el fondo recursos ilimitados para poder financiar a empresas públicas como EMAPA. Una empresa pública puede operar a pérdida y el Estado a través del gobierno va a tener de dónde sacar el dinero para que esta empresa siga funcionando, como muchas de las empresas públicas en Bolivia. No sucede lo mismo con una empresa privada.
Además no saben utilizar de manera eficiente los recursos humanos, materiales y financieros. Como no es suyo el dinero, la empresa pública lo sigue sacando de las arcas del Estado y nadie se hace responsable del mismo. Es un régimen dictatorial el que lo controla todo, entonces utilizan a la empresa pública, como EMAPA, para sacar ventaja y beneficio propio. Además, las empresas públicas no compiten con una empresa privada en los mismos términos y condiciones, no hay libre competencia. Entonces es una competencia desleal e inmoral. Por estas razones, el Estado es un pésimo empresario, un mal administrador.
Entonces, en el futuro EMAPA caerá, quebrará y ocasionará un grave daño económico al Estado, por su burocracia ineficiente y su corrupción ascendente. En el régimen del MAS la corrupción, el interés por el dinero, la indisciplina y la irresponsabilidad de los Flores o los Silvas, serán las causantes de todo tipo de males. Las prácticas corruptas deben ser siempre reprobadas, denunciadas y combatidas, no solo por el gobierno de turno, sino también por la sociedad en su conjunto, incluidas aquellas que se gestan en la esfera estrictamente privada. Nadie se escapa de caer en las garras de la corrupción. Los actos de corrupción en EMAPA, en algunos casos se deben a una falla en la administración de recursos humanos, o de los sistemas de operación, control y contrataciones estatales, deficiencias del marco normativo. O, más grave aún, al relajamiento de los controles en las sucursales de EMAPA en todo el país. Esta empresa solo beneficia a la parasitocracia, a través de vales de consumo, prebendas y beneficios.
Jhonny Vargas es Politólogo y Docente de Postgrado.