La inteligencia artificial es un tipo de automatismos, una serie de peticiones muy compleja. La diferencia entre esta tecnología y otras anteriores está en la manera en la que se la entrena, la manera en la que se le da a esta máquina una serie de conocimientos con los que puede funcionar.
Hace unas décadas, la manera de hacerlo era crear un programa informático con las instrucciones de lo que se quería conseguir con él, como las instrucciones de cómo jugar al ajedrez, y listo. Con la inteligencia artificial se hace lo contrario, se le muestran miles de millones de partidas para que, reconociendo patrones, pueda ir aprendiendo por sí misma las normas del juego.
Los sistemas de inteligencia artificial como ChatGPT funcionan con un modelo de IA, que es como su cerebro, el programa que procesa lo que le escribes y genera una respuesta buscando lo que quieres en su base de conocimiento. Cada IA puede tener uno o varios modelos de inteligencia artificial, que son los que se entrena exponiéndoles a miles de millones de datos.
Un ejemplo está en cómo una IA aprende a entender lo que le escribes. Puedes enseñarle a este programa las normas de lenguaje y cómo las palabras se relacionan para crear significados. Pero luego es importante exponer estos programas a entrenamientos con miles de millones de palabras, porque es así como aprenden la manera en la que usamos el lenguaje.
La principal parte de este entrenamiento es automático, pero luego llega el momento de la supervisión humana. Porque puede haber palabras con doble significado dependiendo del contexto y con qué otras palabras se usen, y otras cosas en las que fallan. Y cuando una IA falla, un supervisor humano podrá decir que no es correcto hasta que acierte con el significado preciso de esa combinación de palabras, y entonces este acierto se guarda en su base de conocimiento.
Y si piensas en este proceso de «aprendizaje» pero a gran escala, puedes hacer que la IA consiga reconocer patrones en todos los formatos, desde lo que le pides por texto a lo que le pides por voz, e incluso los patrones de un dibujo. Y luego, también aprenderá a responderte usando patrones para componer textos, palabras habladas, música o incluso imágenes.
Por lo tanto, al final, su funcionamiento acaba siendo parecido al del texto predictivo. Lo que reconoce son patrones, reconoce las palabras cuando van juntas una al lado de otras, y el significado que tienen juntas, además del significado que tienen cuando están seguidas de otras palabras determinadas.
Y además de a entender el lenguaje, a una IA también se la entrena para reconocer y generar imágenes y otro tipo de contenido. Primero saben, por ejemplo, lo que es un gato, luego a lo que te refieres al decir un gato negro, lo que significa gatillo, etcétera. También se les ofrecen bases de conocimientos basados en la actualidad, en lo que pasa en el mundo, además de a obtener cosas de Internet con las que responder a tus preguntas.
Al final, lo que tienes son programas informáticos que han aprendido a reconocer varios tipos de patrones con los que entender el lenguaje, las imágenes, el audio, a entender lo que quieres decir, y a darte una respuesta acorde a lo que le has preguntado. Todo esto, con un proceso en el que se usan miles de millones de datos.
Pero las IA no son infalibles, y pueden sufrir de alucinaciones. Esto lo decimos cuando se equivocan a la hora de darte los resultados, su predicción de lo que va después de otra cosa falla, y pueden acabar dándote información correcta expresándola como si fuera cierta.
Las alucinaciones pueden darse en el texto, pero también al generar imágenes, vídeos y otro tipo de contenido. Simplemente, ese funcionamiento como texto predictivo falla, y en algún momento no reconocen bien lo que deben mostrar después de la imagen anterior o la palabra anterior, y se va creando una concatenación de contenido sin sentido. En un vídeo creado por IA, algo puede cambiar de forma y convertirse en otra cosa que hace algo sin sentido.
Cuando hablamos de inteligencia artificial, no nos referimos a un programa que sabe pensar ni que tiene ningún tipo de consciencia. Actualmente eso es solo ciencia ficción, y no debes dejarte engañar por lo ambiguo que es el nombre.
Lo que es son programas con unos algoritmos muy complejos, una serie de ordenes más complejas de lo normal, que han sido programados de una manera revolucionaria con la que pueden entender texto escrito, vídeos, imágenes, sonidos, y muchas otras cosas.
Y al final, cuando hablamos con una IA como ChatGPT, estamos hablando con un automatismo que primero identifica lo que le quieres decir, luego busca en los datos de conocimientos con los que ha sido entrenada, y luego crea una respuesta con la que interactúe con lo que le has pedido para darte una respuesta.
Dependiendo de lo sofisticada que sea una IA, puede hacer revisiones de la respuesta antes de entregártela, verificando con otra serie de automatismos que no haya alucinaciones ni información falsa. Esto puede ser parecido a pensar la respuesta, pero no dejan de ser automatismos.