domingo, octubre 20, 2024
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Sobre Atila, Nerón y el Chivo

David Foronda H.

Nunca está por demás repasar algo sobre la historia humana. Comienzo por el rey de los Hunos, Atila, a quien se lo recuerda como paradigma de la crueldad, la destrucción y la rapiña. Respecto a Nerón, uno de los emperadores romanos más cuestionados, es evocado por el incendio de la gran Roma de entonces, y en torno al Chivo, se alude al dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo, del que se dice acosó, violó y prostituyó a mujeres de su país.
Sobre Atila se da cuenta que fue el último y el más poderoso caudillo de la tribu probablemente procedente de Asia, los Hunos, aunque los orígenes exactos son desconocidos. Lo consideraban “El azote de Dios”, entre 434 d.C. y 453 d.C. Fue el más poderoso rey de los hunos, pueblo estepario que, en el siglo IV, en el contexto de las invasiones bárbaras, migró desde Asia Central hacia Europa Oriental. Unió las diversas tribus hunas y las lanzó contra las ciudades principales del Imperio romano, con ferocidad nunca antes vista.
En cuanto a Nerón, Claudio César Augusto, emperador de Roma a partir del año 54 d.C., desde sus 16 años, dicen que mandó a asesinar a su propia madre, Agripina la Menor, y a sus dos esposas, Claudia Octavia y Popea Sabina. Fue acusado de comenzar el Gran Incendio de Roma, que arrasó por nueve días con gran parte de la ciudad. Recordado como un feroz perseguidor de los cristianos; su nombre pasó a ser sinónimo de degeneración por sus supuestas aventuras sexuales, extravagancia y excesos. Sin embargo, según investigaciones posteriores, todo podría ser una exageración o, inclusive, una invención. Estudios recientes apuntan a que Nerón, en realidad, no era tan malo como se creía. A pesar de su inexperiencia, este joven energético líder adoptó políticas que lo hicieron popular. Sin embargo, a pesar de la adoración del pueblo, muchas de sus políticas molestaron a la élite y a los más ricos. Y esto, en parte, explica por qué adquirió tan mala fama, señalan.
Finalmente, sobre el Chivo –le pusieron ese mote por su fama de depredador sexual– hablamos del dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo, que tuvo el poder absoluto de su país entre 1930 y 1961, hasta hoy evocan que su régimen fue conocido por persecuciones políticas, su fascinación y lascivia por las mujeres, la crueldad y corrupción. Gobernó con batuta autoritaria hasta el día de su asesinato. Fue una de las dictaduras más sangrientas de América Latina, caracterizada por el discurso anticomunista, el nacionalismo, la brutal represión a toda oposición, y el culto a la personalidad del tirano. Las libertades civiles fueron inexistentes y hubo constantes violaciones a los derechos humanos. El libro “La fiesta del Chivo”, del laureado escritor Mario Vargas Llosa, da la pauta de esa tiranía.
¿Podemos hacer alguna comparación con lo que pasa en el mundo de hoy y en cualquier sitio del orbe?

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