La falta de credibilidad en el Gobierno ha generado una profunda desesperación en la ciudadanía, especialmente en lo que respecta al suministro de gasolina. A pesar del anuncio oficial de una continua distribución de carburantes en algunos surtidores, las filas persisten especialmente en las ciudades de La Paz y El Alto.
La situación se ha agravado debido a varios factores, incluyendo la gestión ineficaz de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y la falta de recursos para la importación de combustibles, indicaron en repetidas oportunidades analistas económicos entrevistados por EL DIARIO.
Solo por poner un ejemplo, el lunes una periodista chilena reportó desde Arica que existían tres buques a la espera de descargar combustible para Bolivia y que no era verdad que la escasez de carburantes en nuestro país se debía, en gran medida, al bloqueo fronterizo de los trabajadores de la empresa Quiborax, ya que éstos estaban dejando pasar a diario hasta 50 vehículos de carga y cisternas.
Paralelamente, la incertidumbre económica resultante frenó las inversiones y agravado la recesión económica. La subvención de los hidrocarburos, que anteriormente ayudaba a mantener los precios bajos, ya no es sostenible debido a la falta de recursos financieros.
La combinación de una gestión ineficaz y la falta de credibilidad en el Gobierno han dejado a Bolivia al borde de una grave crisis energética, con la ciudadanía enfrentando una desesperación creciente por la escasez de gasolina.
Esta situación que cada día se hace insostenible hizo que entidades como la Cámara Nacional de Comercio (CNC), a través de su presidente, Jaime Ascarrunz, alerte que la falta de combustibles se ha vuelto crónica y podría terminar por interrumpir las actividades productivas y comerciales, con serias consecuencias para el abastecimiento de la población.