Luego de varios días de desabastecimiento de combustibles en el país, a pesar de los anuncios de regularizar la atención, durante la jornada de ayer, se mantenían las largas filas para cargar gasolina y diésel; ahora los choferes desconfían del producto proveniente de la importación que realiza Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB).
Por otro lado, la falta de divisas y la caída de la producción de hidrocarburos líquidos complicaron el abastecimiento. A ese contexto se suman las quejas por la venta de combustible sin garantías, pues a pesar de que hay cuatro tipos de gasolina, al parecer todas tienen el mismo octanaje, y no hay entidad que certifique todo lo contrario.
En ese marco, la desconfianza y el descontento se multiplican sobre la calidad de los combustibles que se venden en las estaciones de servicio en el mercado nacional. Los choferes del sector público denunciaron que las gasolinas Premium habrían provocado problemas en las bombas del vehículo.
El analista del sector hidrocarburos de la Fundación Jubileo, Raúl Velásquez, respecto al gasolinazo encubierto con la puesta a la venta de otros tipos de gasolina, no comparte la crítica.
Sin embargo, observó que al consumidor lo obligan a consumir biocombustible, una mezcla de etanol con combustible tradicional, sin posibilidades de elegir.
De acuerdo con la exautoridad de Hidrocarburos, Álvaro Ríos, a nivel internacional el proceso de verificación de la calidad del combustible se lo realiza en cada tanque que se llena de carburantes.