Cuando haya pasado la pandemia, los gobiernos tendrán muchas cosas para hacer, pero deberán tener mucho cuidado para no cometer errores.
Por ejemplo, no podrán hacer compras irresponsables. Los elefantes blancos deben ser puestos en una lista roja: nadie podrá comprarlos.
El gobierno del cocalero Morales, por ejemplo, gastó más de 20.000 millones de dólares en la compra de equipos inservibles, porque sus jerarcas estaban pensando en las comisiones.
Lo cierto es que, después de esta pesadilla, los gobiernos deberán destinar los recursos a inversiones inteligentes.
El Banco Mundial, según dice Siglo 21, ha señalado cuáles podrán ser esas inversiones inteligentes.
Por ejemplo, deberán invertir en la tecnología de la información, que es donde está el mayor potencial del futuro.
Es decir que deberán dotar de un buen servicio de Internet a niños y jóvenes, que son los más aptos para usar esta realidad virtual.
Sólo los gobiernos autocráticos no están de acuerdo con esto, porque quieren controlarlo todo, incluso el pensamiento y la capacidad de información.
El régimen comunista cubano aprobó hace dos semanas una ley por la cual se propone controlar lo que se hace con Internet.
Nadie podrá en la isla hacer comentarios contrarios a la jerarquía del partido comunista, dice la ley.
La idea es que la gente sea obediente y que nunca cuestione a los jerarcas del partido, y la dictadura se mantenga sin problemas, pero sobre todo sin que nadie les incomode.
Saben estos jerarcas que la información es un elemento clave, por lo que hay que restringir la llegada de la información a la gente.
Por eso es que tienen miedo al proyecto del presidente Joe Biden de Estados Unidos, que se propone dar a los cubanos un sistema seguro de Internet, que no pueda ser interrumpido por los dictadores comunistas.
Se trata de una nueva forma de la guerra fría, con un gobierno comunista decidido a restringir Internet, para que la gente no esté bien informada y al mismo tiempo bien comunicada con los demás.
Cuando la gente está bien informada puede tomar decisiones y quizá, si desea, elegir sus opciones políticas y las de su país.
Es el dilema entre libertad y dictadura. Es una guerra antigua, que enfrenta a los dictadores con los libertarios.
Si Estados Unidos lograra dotar de un buen sistema de Internet a los cubanos, estaría surgiendo la posibilidad de que todos los países del mundo cuenten con esa ventaja.
En Argentina, el gobierno peronista se propone estatizar todo el servicio de Internet, porque quiere controlarlo.
Pero los pueblos necesitan un servicio bueno y, si fuera posible, barato, o que directamente se convierta en un derecho humano, como se está planteando en varios países.
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